En ocasiones utilizar el número de palabras justas suele ser lo más eficaz para fijar conceptos y que estos permanezcan grabados en nuestra mente. Por eso entrevistas como la de la periodista y psicóloga Marta Espar, «El parto es un acto fisiológico convertido en un acto infeliz«, resultan tan positivas para la comprensión de las exigencias por parte de muchas mujeres y profesionales sanitarios en cuanto a la asistencia al parto en España.
Dar a conocer las fuentes científicas, dejar muy claro que estas peticiones no están fundamentadas en la opinión sino en la ciencia. Dejar claro que defender la fisiología del parto no nos retrasa, sino que nos acerca a la atención responsable de países más avanzados en esta materia: Países Nórdicos, Inglaterra o Alemania, también puede ser una buena forma de concienciarnos de que en España tenemos un problema generalizado y es responsabilidad de todos exigir una solución, no en vano está en juego la salud y la integridad de las mujeres y de los recién nacidos, que no únicamente se sustenta con la supervivencia de ambos.
Parece que muchas veces es el miedo el que nos hacer formar parte de ese círculo vicioso que denunciábamos en el artículo «la información contra la infantilización de la mujer embarazada«. Como a pesar de conocer las practicas que son adecuadas y las que no, en la atención al parto normal, nos aterra la responsabilidad de nuestras decisiones a pesar de las evidencias. Un hecho este que aunque lo pongamos de manifiesto para que cada una podamos pensar sobre él, es perfectamente normal, entendible y asumible ¿Por qué en la atención al parto debemos convertirnos en expertas para recibir una atención profesional, científica y rigurosa en lugar de protocolaria, rutinaria y antigua?
Tratemos de reflejar esquemáticamente qué dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), como método para superar miedos y quedarnos con evidencias…
Entre las practicas que la Organización Mundial de la Salud destaca como claramente útiles y que deberían ser promovidas en la atención de un parto normal:
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Un plan personal que determine donde y por quién será atendido el parto, realizado con la mujer durante el embarazo, dado a conocer a su pareja y si procede a su familia.
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Valoración del riesgo del embarazo durante la atención prenatal y en cada visita al sistema de salud y en el primer contacto con la persona que va a asistir todo el trabajo de parto.
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Seguimiento del bienestar físico y emocional de la mujer durante el parto y el postparto.
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Ofrecer líquidos por vía oral durante el parto.
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Respeto a la elección informada de la mujer del lugar del parto.
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Proporcionar los cuidados del parto en el lugar más cercano a su entorno, donde el nacimiento sea factible y seguro y donde la mujer se sienta más segura y confiada.
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Respeto del derecho de la mujer a la intimidad en el lugar del parto.
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Apoyo afectivo de los asistentes durante el parto.
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Respeto a la elección de los acompañantes de la mujer durante el parto.
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Dar a la mujer tantas informaciones y explicaciones como desee.
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Métodos no invasivos, no farmacológicos de alivio del dolor durante la dilatación como el masaje y las técnicas de relajación.
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Monitorización fetal con auscultación intermitente.
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Libertad de posición y movimiento durante todo el parto.
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Estímulo a evitar la posición tumbada durante el parto.
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Uso profiláctico de oxitocina en el tercer estadio del parto en la mujer con riesgo de hemorragia postparto, o incluso con riesgo de perder una pequeña cantidad de sangre.
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Esterilidad al cortar el cordón.
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Prevención de la hipotermia del recién nacido.
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Contacto inmediato piel con piel de la madre y el bebé y apoyo al inicio de la lactancia en la primera hora después del parto.
Entre las prácticas que a menudo se realizan de forma inadecuada
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Restricción de líquidos y alimentos durante el parto.
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Control del dolor con agentes sistémicos.
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Control del dolor con analgesia epidural.
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Monitorización fetal electrónica.
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Llevar mascarilla y batas estériles durante la atención del parto.
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Exámenes vaginales repetidos o frecuentes especialmente si los realiza más de un asistente.
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Caterización de la vejiga.
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Animar a la mujer a pujar cuando la dilatación del cérvix es casi completa o ya completa, o ya antes de que la mujer sienta la imperiosa necesidad por si misma.
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Rigidez de criterios acerca de la duración estipulada de la segunda fase del parto- como por ejemplo una hora- incluso si las condiciones maternas y fetales son buenas y el parto progresa.
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Maniobras de alumbramiento.
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Uso liberal o sistemático de la episiotomía.
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Exploración manual del útero después del alumbramiento.
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Cambio rutinario de la mujer a otra sala al comenzar el expulsivo.
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Estimulación con oxitocina.
Entre las prácticas de las que no existe evidencia científica y debe utilizarse con cautela
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Rotura artificial de la bolsa amniótica en la primera fase del parto.
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Ligadura y sección precoz del cordón umbilical.
Entre las prácticas que son claramente perjudiciales o ineficaces y deberían ser eliminadas.
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Uso rutinario de enema.
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Uso rutinario de rasurado púbico.
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Infusión intravenosa de rutina en el parto.
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Inserción de una cánula intravenosa profiláctica de rutina.
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Posición tumbada de rutina durante la dilatación.
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Uso de pelvimetrías.
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Administración de oxitócicos antes del nacimiento si sus efectos no pueden ser controlados.
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Posición rutinaria tumbada con o sin estribos durante el parto.
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Esfuerzos de pujos sostenidos y dirigidos (Maniobra de Valsalva) durante la segunda fase del parto.
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Episiotomía rutinaria.
Estas recomendaciones de la OMS datan de 1999 y sin embargo la asistencia recibida no suele ir en sintonía con las buenas practicas… ¿Qué ocurre con la atención al parto en España?
4 Comentarios
Muy interesante este artículo. Me parece que entre los dos partos que he tenido, me han practicado gran parte de lo que no se debe hacer y de lo que se hace de manera inadecuada (enema, maniobra de kristeller, etc, etc). Aunque también debo decir que hay muchas de las prácticas recomendadas que sí que las hicieron, como por ejemplo, el contacto piel-con piel nada más nacer mis hijos.
Muy buen artículo, Patricia, conciso y clarito. A ver si se dan por enterados algunos que todavía siguen vendiéndonos que lo «natural» y «normal» es tumbarse espatarrada a dejarse hacer y que nos saquen el bebé como si fuese un quiste.
Un saludo :)
Patricia, este libro es muy, muy recomendable….
Gracias por el artículo, lo acabas con la reflexión que me hacía yo cuando estaba embarazada de mi primer hijo, en el año 2001. Muchas de estas prácticas ya venían en un informe de la OMS de 1985 y yo pensaba, cómo pueden pasar de todo esto? Mientras, oía a mis amigas relatar sus «maravillosos» partos en Cabueñes y acababan diciendo, «pero no te preocupes que todo eso se te olvida»….
Un beso y gracias por seguir estando.
[…] En otros países europeos las cosas son diferentes. El parto natural, no significa inseguridad y lejanía de la medicina, todo lo contrario, significa “parto no medicalizado si no es necesaria su medicalización”. En Holanda, por ejemplo, lo normal es parir en casa, con una matrona de la Seguridad Social y totalmente cubierto por esta. No es raro, es lo contrario. Una parturienta, su bebé y en último caso su pareja, necesitan tranquilidad para hacer que la naturaleza haga lo que tenga que hacer. Lejos del engorroso traslado al hospital en el cual, casi el 100% de la mujeres retrasa su dilatación y en cierta forma frena en parte el parto por nervios, tensión y demás, el parto en casa significa tranquilidad y no necesitar ninguna droga adicional que pueda forzar a acciones posteriores desagradables para la madre o para el bebe. En otros muchos países europeos, el parto no medicalizado es algo absolutamente normal, sin embargo en España… “El estado de la atención al parto en España“. […]