Me imagino que ayer muchos políticos apuntarían en su libreta o incluso algunos, los más avezados, en evernote o similares, que Internet ha dejado de ser un reducto de gente rara con poca influencia. Los nuevos medios que emergen, la mayoría enraizados en plataformas blogs y redes sociales, lograron hacer sonar todos los resortes de alarma que permite la comunicación en este país.
El PSOE había diseñado un plan. Una ley que le iba a aportar muchos beneficios, unos económicos, otros en forma de apoyo electoral como ya antes había pasado, otros llegarían de la mano de los muy interesados Estados Unidos para solucionar lo que ellos creen que es el problema. El problema es que el PSOE, los ¿artistas? y todo el entramado industrial que los sustenta están equivocados.
Alejandro Sanz ayer fue muy crítico con el asunto, «que cobardes los políticos«, decía el ínclito cantante que irónicamente se queja de un posible lucro ilegal de otras personas cuando él mismo ha sido investigado por el fisco por evasión de impuestos. Que irónico el tipo que al parecer no le da ya para pagar todas sus mansiones. Igual se debería dedicar a componer y no a meterse en estos fregados, que la última canción decente que se le recuerda data ya de hace una década, al menos. Con perdón.
Otro que se metió en el fregado fue el director de cine Alex de la Iglesia. Este por un lado estaba mal informado o mentía con descaro para su propio beneficio. Llegó a decir ayer, que cuando se paran las páginas de descarga desciende el cincuenta por ciento del tráfico de la red ¿? Mentira señor de la Iglesia, infórmese mejor. También comentaba en sus muchas intervenciones por twitter: «Si se follan una película en internet durante la primera semana, ya no levanta cabeza«. Un ejemplo le pondría yo. Avatar es la película más descargada en Internet de la historia, irónicamente para estos señores, también es la película que más ha recaudado en la historia, con más de 2.000 millones de dólares en recaudación a 31 de enero de 2010, según Wikipedia.
Y pregunto yo a todos estos que se quejan… ¿no tendrá algo que ver la calidad de sus obras con su posterior venta? Quieren amputar la libertad de internet porque están convencidos de que ahí está el mal para sus bolsillos y en parte no se equivocan. Internet está cambiando las formas de consumo, las formas de relacionarnos, la manera en que nos informamos y todos los negocios se intentan adaptar a ello. Todos menos estos grandes lobbyes de músicos y artistas de otra época que quieren vivir como toda la vida de las rentas de un arte que ya no fluye por sus venas.
¿Por qué se descargan cosas ilegalmente como dicen ellos?
Primero. Ilegalmente es un decir. Si yo compro algo y lo quiero compartir con quien me de la gana, estoy en mi perfecto derecho. Antes la música, los libros, las películas se compartían de otra manera. Se dejaban y ya nunca más se volvían a ver. Ahora se comparten por medios que están a nuestra disposición y son universales. Bien mientras no haga dinero con ello. No me entiendan mal, no creo en el lucro gracias al trabajo de los demás, eso si es un problema. Pero si yo quiero compartir algo mío, lo hago, que para eso es mío. Con mi mujer, con mi hermana, con mis amigos o con un tío del Congo si me apetece.
Segundo. Comprendido lo primero, quizás deberíamos profundizar más en el problema. Quieren que vayamos al cine. Bien. Para una pareja, el coste medio de ir al cine (dos entradas, una de palomitas grandes y dos coca colas) está en más o menos 20€, si la pareja tiene «la suerte» de tener un par de hijos, esta cifra puede llegar a los 40€ tranquilamente. Si la pareja y sus hijos se quieren quedar en casa y descargarse la película que les de la gana, no pueden. No pueden porque no hay ningún sistema de descarga por pago decente en este país. Si quieren comprar una película por Internet no pueden hacerlo. Digo que no pueden hacerlo porque vender DVDs por internet está bien para los nostálgicos, pero para otros muchos (y cada vez más) lo que está bien es poder descargarse, cómodamente en su casa, una película a un precio justo, sin tasas de distribución y similares que aquí no proceden, y que no incluya algún sistema de anticopia o de visión que dificulte la relación con el producto comprado. Es decir, que si yo compro algo que sólo puedo ver una vez, no lo compro. Gracias a este sencillo comportamiento de la industria musical/cinematográfica, las descargas que ellos denominan ilegales, triunfan en la red. No hay alternativa. Y que no me diga algún listillo que vaya al cine o al videoclub, que le digo que no me da la gana. Que yo consumo como quiero, que los tiempos han cambiado y que el consumidor empieza a poner sus reglas. Esta es la verdadera autopista de la información de doble sentido, para todo, no sólo para la información.
Musicalmente hablando más de lo mismo. Me niego a pagar 12-18-22 € o lo que demonios quieran decir que valga un puñetero cd en el mercado. Por un lado, si de todo el cd valen dos canciones ya nos podemos dar con un canto en los dientes, por otro lado, lo dicho anteriormente, consumo como quiero y yo (y muchos más) queremos bajarnos nuestra música cómodamente (o no bajarla y oirla en Spotify por ejemplo), pero claro, no al mismo precio que en un cd convencional, porque señores, aquí no hay formato físico que valga dinero, ni bonitas impresiones de portadas, interiores y contraportadas que también valgan dinero, ni jodidos intermediarios que se forran con el trabajo de los ¿artistas? Pongan un precio adecuado y verán como venden.
Tercero. Lo que ustedes llaman ilegal, no lo es en este país, ya que todas las denuncias que han formulado contra estas páginas de descargas han sido sobreseídas por los jueces, esos que ayer querían saltarse a toda costa para impulsar una ley vergonzante para nuestra democracia. Realmente debería darles vergüenza, eso claro si realmente saben de lo que hablan, que me da a mi que no.
Ayer acababa diciendo en la crónica del día: «la Ley Sinde ha sido rechazada, los movimientos ciudadanos y de los nuevos medios a través de la red han dado su fruto. La sinrazón hoy no ha triunfado. Ahora el PSOE llevará la ley al Senado para buscar apoyos de nuevo para sacarla si o si, pero el día ha sido histórico y el varapalo que ha sufrido el gobierno en general y la Ministra de Cultura en particular sólo puede llevar a la dimisión de esta última, títere de lobbys musicales en decadencia que ha sido artífice de una de las historias más negras de nuestra democracia en el siglo XXI«.
Hoy acabo con dos reflexiones. Por un lado, la red empieza a ser universal, más de la mitad de los españoles son partícipes de Internet, es decir, poco a poco van utilizando y entendiendo las nuevas prácticas que tienen a su disposición. Más vale a estos negocios ir enganchando a los consumidores en este escenario porque si no el batacazo que se van a pegar va a ser de aupa. Y para vender en digital hay que pensar en digital y olvidarse de lo «analógico». Que lo entienda quien quiera.
La segunda. La red está dando nuevos líderes de información que no son ni las televisiones, ni las radios, ni los periódicos. Blogs y redes sociales triunfaron en la noche en la que Sinde, la Ministra de Cultura, debería haber presentado su dimisión, por vergüenza. Claro que hay que tenerla para hacerlo.
1 Comentario
[…] El porque del fracaso de la Ley Sinde https://www.voolive.net/el-porque-del-fracaso-de-la-ley-sinde/201… por universozoe hace 2 segundos […]