Y yo que quería acabar la semana con algo animado y positivo. No hay manera, no están los tiempos para alegrías, estos políticos nos traen a mal vivir. No fue suficiente el bochornoso espectáculo de los aplausos en el congreso ante las injustas medidas de recorte presentadas por Rajoy que ahora aparece Andrea Fabra, de casta le viene al galgo, jaleando como una energúmena fanática futbolera, el ya famoso «que se jodan» después de exponer los recortes a los parados. Anda «Andreita», ten un mínimo de dignidad y vete a tomar por ahí a tu casita de niña bien, se te tendría que caer la cara de vergüenza.
Dice para salvar el culo que los insultos iban para los de enfrente, para el otro partido mayoritario. No voy a entrar en muchos matices lingüísticos, aunque en este caso supongo que debería haber dicho «joderos» u «os jodéis», la construcción «que se jodan» no me parece muy apropiada para lanzarla en un cara a cara con la mirada al frente, en todo caso y por la procedencia de la chavala, podría haber quedado bien un «se jodan ustedes». En fin, no viene al caso, ¿qué más da? Andrea Fabra ha dejado bien claro el sentir de la clase política, le ha traicionado su fanatismo, pero no se crean que es algo personal, para mi forma de ver las cosas, la punta del iceberg solamente. Lo gordo está por debajo, justo, injusto, posible o imposible, el sector político de este país necesita una profunda regeneración y por desgracia esta no pasa por las juventudes de los partidos, viciadas ya por un sistema que les exige y demanda mayor intensidad en sus postulaciones, a fin de destacar ante sus mentores para poder progresar adecuadamente.
De todas maneras no se echen las manos a la cabeza, «Andreita» solo ha confirmado una realidad a voz en grito, los ciudadanos españoles estamos jodidos, mucho por la crisis, más por la denigrante clase política que tenemos. Así las cosas no les quiero estropear más el fin de semana, piensen en positivo, la próxima vez que se de una situación similar, en vez de alzar la voz, el político de turno hará como hasta ahora, pensar por lo «bajinis»… que se jodan.
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