No hace mucho tiempo me dijo alguien: «ante la duda tu sigue para adelante, si te equivocas ya habrá tiempo de cambiar, pero sobre todo no te quedes parado, equivócate o acierta, pero actua«. Es un buen consejo a no ser que uno se encuentre al borde del precipicio, momento en el que sin duda, lo mejor es frenar, pensar un poco y decidirse entre ir hacia atrás, derecha o izquierda, nunca para adelante. En el resto de los casos, lo dicho.
Es más fácil parar, reflexionar, preguntar, seguir los dictámenes de otros. Es más fácil dejarse llevar por otros métodos, vivir tranquilo, dejar el estrés a un lado, esperar respuestas. Es más fácil cualquier otra cosa. Lo difícil es echarse las cosas a tu espalda y mirar al frente con valentía hasta conseguir el propósito. En el camino habrá algunos que te seguirán, otros que no lo considerarán, pero si tu tienes en mente algo y la fuerza suficiente para conseguirlo, no te quedes parado, sigue para adelante y afronta las consecuencias. No están los tiempos para otra cosa. En mi humilde opinión, claro.
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