Hoy voy a ser breve con una simple reflexión. Este fin de semana me he desplazado a Bilbao para seguir el evento Amazings 2011, un «sarao» de ciencia perfectamente organizado y que en su primera edición ha significado un éxito rotundo de concepto. La ciencia es interesante para el gran público si se transmite correctamente.
Podría contarles más sobre el asunto, pero por internet encontrarán todos los detalles del mismo. Muchas cosas me llamaron la atención, pero ninguna como la que les cuento a continuación. Sergio L. Palacios es un profesor de física de la universidad de Oviedo y autor del blog «Física en la ciencia ficción«. Un profesor particular dirán sus alumnos y quien le conozca. Durante 60 minutos se dedicó a enseñarnos los gazapos de unas cuantas películas de ciencia ficción, ¿gazapos? quizá no es esa la palabra, errores de cálculo, imprecisiones y en general inexactitudes científicas de estas películas.
Su exposición terminó de una manera sorprendente. Ya llegará el vídeo para que lo puedan comprobar, pero les adelanto, que un Asturiano logró poner en pié a cerca de 500 personas en Bilbao, para terminar con una sonora ovación a su trabajo. En su tierra es un desconocido.
No es el único caso que conozco. Otra persona que es invitada por la mismísima NASA gracias a su trabajo, en su tierra es misteriosamente, uno más. Otros tienen una gran repercusión comercial y de premios a lo largo y ancho del país, mientras que los comercios de su región no saben ni que existen. Personas que son invitadas por el Embajador de su Majestad Británica y muchas de las principales firmas comerciales de su sector, allí donde viven no les invitan ni a un lunch de presentación de producto.
Todos los ejemplos anteriores son reales. Y conozco alguno más. Profetas en tierra ajena que para lograr el merecido reconocimiento a su labor tienen que emigrar hacia otros puntos cardinales más empáticos o amables con su trabajo. ¿Es justo? ¿Es normal? Es la realidad.
1 Comentario
En el caso de Asturias y con todo mi pesar (porque todo el que me conoce sabe de mi afición a hacer patria) creo que es una mezcla entre complejo de inferioridad y envidia al vecino. Un run-run constante de «eso lo hace cualquiera» porque pensar es facil pero ejecutar y mas sostenido en el tiempo no es igual de sencillo. Un miedo atroz a la innovación que tiende a verse como algo ridículo. Una ceguera total del trabajo en equipo y la suma de esfuerzos, en lugar de colaborar, de aprovechar y sumar para que todos ganemos y la región tire se intenta copiar/eliminar (la mayor parte de las veces mal).
Es bastante lamentable, eso si, luego cuando el reconocimiento fuera es público (a poder ser vía televisión) en Asturias hacemos la ola! :S