Me asombra la controversia que provoca en la sociedad la eliminación de las bolsas de plástico de supermercados y similares. «¿Dónde vamos a llevar nuestros productos? ¿Qué voy a utilizar para sacar la basura si no tengo bolsas del «super»? ¿Y los trabajadores del sector…? Ya están dando por saco los ecologistas…«
Pues no señores, no. El problema no es que desaparezcan las bolsas de plástico con todos sus daños colaterales para la sufrida sociedad. El problema es de fondo al no tener un modelo sostenible de consumo, gracias a que la industria del plástico ha vivido durante decenios muy plácidamente. Nos han convencido de que su modelo de negocio es el mejor, productos de usar y tirar, para nosotros resulta cómodo, para ellos un lucrativo negocio, cuanto más se usan estos productos, más se producen y en consecuencia mayores son sus beneficios económicos.
El problema es que todos estos productos, empezando por las bolsas de la discordia, están fabricados con derivados del petróleo, son altamente contaminantes y nuestro planeta empieza a toser ligeramente, síntoma de que puede estar cogiendo una gripe u otra enfermedad más preocupante.
Greenpeace nos recuerda que no todo son ventajas en estos productos, indicándonos las verdades sobre las bolsas de plástico y afines:
- Las bolsas de plástico están fabricadas con derivados del petróleo y con muchas otras sustancias químicas. La extracción, transporte y refinado del petróleo es altamente perjudicial para el medio ambiente y la salud. La producción de las bolsas también es contaminante, y en la degradación de estas bolsas las sustancias químicas que contienen son liberadas al medio ambiente.
- Los plásticos, en sólo 100 años de uso, ya han creado problemas gravísimos que el ser humano no es capaz de controlar. Por ejemplo, uno de ellos es la “isla de plásticos” descubierta a la deriva en el Océano Pacífico. Se calcula que su dimensión es superior a la superficie de la Península Ibérica.
- Los productos de usar y tirar son cada vez más habituales. Derrochamos recursos y generamos residuos en todo su ciclo de vida. La vida útil de una bolsa de plástico, por ejemplo, es de aproximadamente 12 minutos. La capacidad de recuperación del planeta es limitada y en este caso el balance “contaminación-recuperación” está muy desequilibrado.
- En España sólo se recicla el 10% de los residuos sólidos urbanos. El 77% acaba en los vertederos o en las incineradoras, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Medio Ambiente. Aunque las bolsas de plástico sean 100% reciclables, la verdad es que solo se recicla una décima parte de ellas. La reciclabilidad de los plásticos es muy relativa, tienen que estar bien separados y en muchas ocasiones se trata de una mezcla heterogénea de plásticos cuyas aplicaciones son muy limitadas.
- En España, según los datos de CICLOPLAST, cada habitante consume al año cerca de 365 bolsas de plástico de un sólo uso. Esto implica 15.300 millones de bolsas y unas 100.000 toneladas de residuos. Unos residuos que se podrían evitar fácilmente.
- Las bolsas de plástico pueden tardar hasta 400 años en degradarse, depende de las condiciones climatológicas y ambientales. El gran problema es que el plástico en su proceso de degradación origina partículas microscópicas que tienen efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud. La envergadura de los impactos asociados a la “contaminación blanca” está aún por determinar, aunque se sabe que las sustancias peligrosas han entrado ya dentro de la cadena alimentaria. Las partículas de plástico son confundidas con alimentos e ingeridos por muchos animales marinos. En la “isla de plásticos” existe 5,5 veces más concentración de residuos que de plancton.
- Mientras otros países de la UE ya han fijado 2010 como fecha para que se eliminen las bolsas de plástico de un sólo uso, España todavía no ha establecido una fecha límite. El hecho de que España sea el primer productor de la UE de bolsas, podría tener mucho que ver. Sin embargo, el negocio de las bolsas de plástico respecto con el de los envases y embalajes de plástico es mínimo, en torno al 3%. A pesar del alarmismo, las repercusiones sobre el sector del abandono de las bolsas de plástico no biodegradable de un sólo uso en España sería casi anecdótico y un empuje para desarrollar materiales con menos impactos sobre el medio ambiente.
- Las medidas para la sustitución de las bolsas de plásticos y otros productos afines no pueden depender de acuerdos voluntarios sino de una obligatoriedad legal. Ya en 2006, el Ministerio de Medio Ambiente firmó un acuerdo con comercios y fabricantes de plástico para reducir el uso de las bolsas. Las propias entidades firmantes reconocieron que la reducción fue mínima.
- La mejor alternativa a las bolsas de plástico son los carros de la compra, las cestas y las bolsas de tela, de preferencia de materiales ecológicos y de comercio justo. La energía y los recursos utilizados son ampliamente compensados por la infinidad de veces que pueden ser utilizados.
- Las bolsas de plástico son sólo la punta del iceberg y su sustitución es un primero paso hacia un cambio que tiene y debe ser mucho mayor. Existen muchos envases y productos superfluos que llenan cada día nuestra bolsa de basura. Eliminar las bolsas de plástico es un pequeño cambio de hábitos y una gran mejora para el medio ambiente.
Más información: Bolsas de plástico: la gran verdad
Sin Comentarios