A veces nos creemos el centro del universo, pensamos que estamos en el lugar adecuado donde confluyen astros y dioses para nuestro propio beneficio y deleite. Hay personas que piensan que todo está creado para disfrute del ser humano. Grandilocuente.
La realidad es bien distinta. Nuestro planeta, La Tierra y nosotros en él, somos más insignificantes para el universo que una mota de polvo para las pesadas botas del montañero aficionado. Ya hablamos aquí en 2008 de la vanidad humana y de la realidad universal, hoy Microsiervos, nos trae un vídeo similar al de entonces, una comparación de nuestra querida tierra con el propio Sol y dos estrellas más, Rigel y VY Canis Majoris. Como dicen ellos «ultrainsignificante se queda corto«.
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