3.000 dirigentes políticos que debían empezar a engrosar las listas del paro

La Conferencia de Cambio Climático de Tianjin, última ronda de negociaciones antes de la próxima Cumbre de Cancún ha reunido a la friolera de 3.000 delegados de 194 países, que han celebrado más de un centenar de reuniones para llegar a una conclusión: NINGUNA.

Palabrería y pelea entre los delegados chinos y los de estados unidos, pero de lo que había que plantear, de hacia donde vamos en uno de los mayores problemas que tiene a día de hoy la humanidad como conjunto, nada de nada, cero. Como excusas, frases como la de una representante de naciones unidas: «se han hecho los deberes para Cancún«, apostillando que Tianjin no se había organizado para lograr acuerdos, sino para determinar qué puntos de la negociación se deben tratar en la cita mexicana.

Y digo yo, para semejante patochada, ¿tenemos que pagar el sueldo a estos señores? Sueldos públicos le recuerdo. Para determinar puntos a tratar en una siguiente cita ¿no pueden usar el correo electrónico, las redes sociales, el correo ordinario o el jodido fax si se da el caso? Unos cuantos desaires entre chinos y americanos, unas buenas comilonas, vuelos privados o en primera clase, hoteles de lujo y claro, supongo que juergas varias a cuenta de los contribuyentes. ¿Para qué? Para nada, para alrededor de 3.000 personas no puedan llegar a ninguna conclusión sobre un problema acuciante para la humanidad en alrededor de cien reuniones.

¿Mi planteamiento? Varios. Uno, estamos en manos de incompetentes de una manera generalizada. Dos, el dinero de los contribuyentes no esta para gastarlo en mamonadas -con perdón-. Tres, si no son capaces de al menos tener claros algunos de los puntos a poner en marcha en este o cualquier otro asunto, pues que se vayan todos a engrosar las listas de parados de cada uno de sus países, con las características propias del propio sistema de prestación al desempleo que algún colega suyo, habrá impulsado para el «bienestar» del resto de sus conciudadanos. Cuatro, cada vez tengo menos fe en el estamento político y cada vez tengo más claro que nuestro sistema de valores sociales y políticos tiene que sufrir un profundo cambio, sobre todo para que las sanguijuelas vuelvan al lodo de donde vinieron.

Más información y el motivo de este «enfado»: La última ronda antes de la Cumbre de Cancún termina sin avances