Hace pocas semanas, nuestro niño [9 años] preparaba una redacción para el colegio. Su profesora, le había pedido que escribiera una petición a la directora del centro para cambiar cosas que no le parecían bien o que creía que podía mejorar. Algo influido por el ambiente de casa, para que nos vamos a engañar, nos sorprendió diciendo que el eliminaría las clases de Religión y Asturiano porque no valían para nada y las substituiría por clases de Programación y Robótica, algo mucho más útil bajo su punto de vista ya que eso le permitiría comprender el lenguaje de las máquinas y poder entenderlas mejor.
Terminó la redacción con buena caligrafía y una composición gramática excelente para su edad, pero cuando llevó la redacción al colegio se encontró con un inconveniente, la incomprensión y la falta de preparación de su profesora. Primero se la hizo rehacer con el absurdo argumento de que la directora no tenía facultades para cambiar esas asignaturas, era cosa del Ministerio de Educación y para rehacerla tuvo que dedicar parte del recreo a tal menester. En todo caso escribe -le dijo-, que lo que hay que cambiar son las asignaturas substitutivas de las anteriormente mencionadas, en esas no hay problema «ético» ni competencias ministeriales. Luego llegó la opinión de la profesora, «¿para que queréis los niños aprender a programar si no sabéis si os vais a dedicar a eso?»
¿A qué se van a dedicar los niños, señora profesora? Serán, supongo que bajo su punto de vista, futbolistas, bomberos o bufones de farándulas televisivas, pero programadores no. Supongo también que no conocerá usted, señora profesora los beneficios de comprender los conceptos básicos de la programación en un mundo atestado de ordenadores que por supuesto, con su forma de pensar, usted ni comprende ahora, ni comprenderá mañana. Sin embargo, usted, debería ser el garante de la educación de nuestros hijos, preocuparse por comprender el presente para poder responder con acierto las inquietudes de sus alumnos y permítame que le diga, por esta y alguna otra cosa más, que no lo hace.
Puedo entender que usted no entienda lo que signifique que hoy en día, hay en el mundo más de 2.500 millones de personas y 11.000 millones de «cosas» conectadas a Internet y que en 2050 habrá más de 50.000 millones de «cosas» conectadas a la red, conectadas entre si mismas, interactuando con nosotros. Los futuros trabajos de nuestro futuro próximo, necesitarán imperiosamente comprender a esas cosas para todo tipo de acciones. Hablamos de ordenadores por supuesto, pero también de televisores, frigoríficos, luces de la casa, carreteras, semáforos, sendas de montaña, lagos, playas… todo.
Caminamos hacia un mundo absolutamente digital, en el que el valor añadido fundamental en cualquier puesto de trabajo o simplemente de cara a nuestro propio ocio, va a ser al menos tener claros los fundamentos básicos de la programación, como ahora tenemos claro (casi todos) los polos eléctricos para cambiar un enchufe o la manera de roscar un tornillo para colgar cualquier cosa de la pared. Para usted señora profesora, este ilustrativo vídeo que espero, sinceramente por el bien de nuestros hijos, le haga cambiar su planteamiento antediluviano. Y mis mas sinceras recomendaciones: Scratch y Codecademy.
2 Comentarios
-Mi respuesta al argumento 1 de la profesora: Nosotros hemos hablado muchas veces con la dirección del colegio de nuestros hijos acerca de si se podría hacer algo más con los niños de «no cursa». Por ahora los «entretienen» con fichas inconexas y cosas como jugar al ajedrez, dependiendo de la motivación del docente al que le toca. La respuesta «off the record» es que no se puede hacer nada curricular ni nada mínimamente interesante en «no cursa» porque Religión y Llingua se quedarían sin alumnos….y hay demasiados intereses para que esto no ocurra.
-Mi respuesta al argumento 2 de la profesora: «Los analfabetos del futuro serán las personas que no sepan grabar, editar y publicar un vídeo». Bigas Luna.
Definitivamente antes que acabe 2014 haremos un taller para niños de entre 8 y 12 años para enséñales a programar el robot Aisoy con Scratch.
Queda muy claro el argumento uno y dice mucho de nuestro sistema educativo. Ese taller no me lo pierdo ;)