Una ciudad, en este caso Oviedo, una calle que horas antes ha sido transitada por miles de personas por motivo de la celebración de los Premios Príncipe de Asturias. El bullicio queda atrás, la normalidad se adueña de la ciudad cuando la luz se pliega ante la oscuridad de la noche. La vida continua y los ciudadanos retoman las calles con normalidad, como esta mujer, caminando por la calle, ajena totalmente al ajetreo de horas antes. Un momento, una foto.
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