La vida es caprichosa e impredecible. Un buen día, te levantas temprano para trabajar, subes a un avión para desplazarte hasta Madrid y acabas el día agradeciendo poder volver a levantarte al día siguiente para ir de nuevo al trabajo, estar con los tuyos o simplemente disfrutar de tu propia experiencia vital.
Eran las 7:40 de la mañana cuando el vuelo de Iberia «Asturias-Madrid IB0471» empezaba a elevarse sobre la pista del aeropuerto y al poco, una estruendo similar a una pequeña explosión hace que el pasaje se revuelva intranquilo. A los pocos segundos, una segunda explosión y el hecho de que el avión parece no tener fuerza para coger altura, nos empieza a inquietar sobremanera. Pocos segundos después, el aparato en vez de girar hacia tierra para dirigirse a Madrid, empieza a «virar» en dirección opuesta, hacia el mar.
Mis primeros pensamientos y casi los últimos que recuerdo son: volvemos, es grave… Inmediatamente el capitán lanza un mensaje tranquilizador: un problema en el motor hace que volvamos hacia el aeropuerto. Es un problema que no reviste importancia.
El pánico se hace presa del pasaje, no hay gritos, no hay histeria, pero las miradas lo dicen todo. El avión vuela muy bajo y en nuestra perspectiva lateral desconocemos si la aproximación va por buen camino o realmente estamos cayendo sobre la rocosa zona colindante al aeropuerto. ¿Segundos? ¿Minutos? No se cuanto tiempo nos lleva la aproximación, a mi me parecen horas. La angustia y sobre todo la impotencia por no poder hacer nada, salvo encomendarte a quien creas que puede ser tu salvador en este tipo de situaciones, hacen que pase con toda seguridad, uno de los peores momentos de mi vida.
Finalmente el avión toma tierra entre multitud de coches de bomberos y ambulancias que no hacen más que acrecentar nuestra sensación de pánico y nuestras ansias por salir del aparato. Su deambular por la pista es lento y realiza algún amago de quedar en «tierra de nadie», aunque poco a poco consigue llevarnos hasta el punto que, supongo, ha previsto el aeropuerto para esta emergencia. Son minutos tensos de miradas intensas los pasados mientras abren la compuerta delantera y la trasera y podemos por fin bajar del avión.
Lo que pasó a continuación, ustedes mismos lo pueden adivinar. Algunos controlando los nervios, parecen tranquilos, la profesión -supongo- irá por dentro. Los más, nerviosos, angustiados y con la sensación de haber librado una batalla en la que por poco salimos vencedores. Para un servidor, poco amigo de las artes del volar, una experiencia que seguro me replanteará muchas cosas en esta vida.
Simplemente quería compartirla (la experiencia).
ACTUALIZACIÓN 27 de Marzo de 2009: 158 ‘recién nacidos’ (declaraciones de los pasajeros) – Iberia dice que fue un «incidente» y niega «que hubiera fuego»
9 Comentarios
Menos mal que puedes contarlo. ¡Menudo susto! Y encima sabiendo lo poco aficionado que eres a los aviones. Si le llega a pasar a Wicho, se hubiera puesto a escribir un post contentísimo sobre la demostración de la potencia de un único motor. A veces vale la pena ser un aerotrastornado ;-)
Mañana en el B&B nos tomamos unos cacharrinos y brindamos por la vida ;-)
Increíble el miedo que debistepasar tanto tú como el resto de la tripulación. ¡Uf! A mi el aterrizar en Ranón me pone los pelos de punta cuando el avión se pone a girar inclinado hacia un lado sobre el mar, cosas de tener miedo a los acantilados xD
El capricho del destino habría sido que no hubieras podido escribir el post… De todas formas lo que me parece normal es estar acojonado en un avión, tan endeble, pese a tanto protocolo de seguridad: lo extraño es no tener miedo. Enhorabuena, ya sabes que por cálculo de probabilidades no morirás de un accidente de aviación, así que estás vacunado.
[…] de varios pelajes, hablar de web, software, cacharros, gadgets, etc. y sobre todo a escuchar la increible historia del bloguero al que no le gustaba volar y que se vió envuelto en un aterrizaje forzoso. La reunión tendrá […]
Carlos Urioste, el bloguer que no quería volar (historia de un aterrizaje forzoso)…
[c&p]Eran las 7:40 de la mañana cuando el vuelo de Iberia “Asturias-Madrid IB0471″ empezaba a elevarse sobre la pista del aeropuerto y al poco, una estruendo similar a una pequeña explosión hace que el pasaje se revuelva intranquilo. A los …
Al, ya he meneado tu experiencia. Para que luego te quejes que no te meneamos nada (hablamos de post, se entiende) :-D
Jajaja. ¿Ves como es una súper-anécdota para contar? ;-)))
Gracias por el interés y los comentarios. A Maikel gracias por supuesto por el meneo y Cristina bienvenida a los comentarios del blog, si, sin duda una superanécdota :D
Aprovecho para agradecer a todos los que telefónicamente, via twitter, facebook, etc. se han preocupado por el incidente, que afortunadamente no paso a mayores.
Con cosas como estas sabemos que todos los días son para agradecer…
Saludos