Si tienes un pequeño jardín, una casa de aperos, más tarde o más temprano se hace imprescindible. Los aparatos varios que se requieren para el cuidado de la hierba, árboles y flores, necesitan de un espacio para estar resguardados y recogidos. Si la estética no te importa hay muchas soluciones en centros comerciales o grandes superficies de bricolage, pero si quieres integrar algo bonito en tu jardín, las soluciones no son muchas.
Los primeros planteamientos que nos hicimos pasaron por casetas de obra o incluso contenedores de segunda mano que pintados con un poquito de gusto, podrían quedar más o menos bien. Eso hasta conocer la empresa Green House. Un rápido vistazo a su web, nos convenció inmediatamente de que era eso lo que estábamos buscando, una caseta de aperos de madera, bonita y con mucho espacio para dejar segadora, desbrozadora, mesa de trabajo, herramientas, pinturas, etc.
Al ver el catálogo nos encantó también una pequeña caseta para nuestro perro, que hasta entonces dormía en una casetilla de plástico, pequeña e incómoda para un perro de dimensión considerable como nuestro Sam. No tardamos mucho en hacer el pedido y esperar impacientes ambos productos.
El transporte llegó rápido, en algo menos de una semana y con todo embalado en perfectas condiciones. Algo de miedo inicial por las posibles dificultades del montaje. Empezamos por la caseta para Sam. Lo pequeño primero para practicar.
A pesar de que las imágenes que se acompañan para el montage son algo pequeñas, la explicación es buena y con lógica y tranquilidad, la casa va tomando forma rápidamente. En este caso las paredes son pequeñas y el montaje es rápido. Un destornillador y un martillo fueron nuestros únicas herramientas en todo el proceso, rápido y sencillo. Pintar del color elegido y posteriormente pasar una capa de barniz para evitar que el agua estropee la caseta y listo. Más rápido de lo pensado, nuestro perro tenía nueva casa, ahora a convencerle de que es allí donde tiene que dormir.
La caseta de aperos nos daba un poco más de respeto por sus dimensiones. En este caso, hecho mano de mi padre y de mi suegro, previo aviso de que aquí el capataz soy yo y nada de saltarse pasos del manual de instrucciones. En este caso se acompaña la caseta con un dvd para enseñar a montarla, pero he de reconocer que no lo he visto todavía, me centré en el manual con las fotografías y empezamos la tarea. Se me olvidaba, antes de empezar, habíamos traído un camión para que nos hiciera una base de hormigón debajo. No era necesario, pero nos pareció adecuado para evitar humedades.
El proceso fue también rápido y sencillo como la caseta del perro, más laborioso, eso si, por el tamaño de cada una de las partes, pero las explicaciones son claras y poco a poco la casa va cogiendo forma. Lo que más miedo me producía era el tejado, para alguien que no se ha visto nunca en una de estas, formar las paredes parece sencillo, pero la inclinación del techo…
Para los miedosos he de decir que si la necesitan y les gusta, que este no sea el motivo para no tener su propia casa de aperos o casita para el perro, el montaje es sencillo y la verdad, construir uno mismo su propia casita se hace muy gratificante. Si quieren que sus hijos alucinen con una preciosa casita hecha a su tamaño, miren también el catálogo de Green House, son preciosas. Para mi, una buena elección, les dejo con unas fotografías de la construcción.
4 Comentarios
Que chula!!
«previo aviso de que aquí el capataz soy yo y nada de saltarse pasos del manual de instrucciones» esa frase me ha llegado la aprendiste hace unos años con una mesa de cocina?? ;)
Gracias por el comentario @Ramón
@david supongo que de lejos me vendrá, pero lo cierto es que si no los ataba en corto, acababamos con una ventana en el tejado y tela asfáltica como revestimiento de pared :D Hubo un primer amago de insurrección pero una vez demostrado que lo que había que poner era lo que ponía en el manual, todo como la seda :D
me alegro por lo menos el episodio de la mesa de oviedo ha servido para que siguieras el manual ;)