Hace mucho tiempo, hablaba por aquí de mi visión sobre la web 3.0. Por entonces se empezaba a hablar de la web semántica y demás, una evolución natural de un sistema de red que necesita la mejor de las optimizaciones de búsqueda para su mejor aprovechamiento. No creía entonces que la semántica tuviera la suficiente fuerza como para aportar un nuevo número a Internet, no me parecía un salto tan cuantitativo como lo han sido las redes sociales con el 2.o. Me lo sigue sin parecer.
Sigo creyendo que la próxima revolución estará en las pantallas de televisión de nuestro salón, que un cambio significativo en la web es la interacción total del espectador con su televisión/internet, directamente en el sofá, mirando al frente, a nuestra pantalla de televisión.
También es cierto que la industria está amurallando sus negocios, blindándolos ante cualquier intruso que se permita la licencia de apartar cierta cantidad de dinero de su tarta publicitaria. La televisión quiere que todo siga igual, por algo es la reina de los ingresos publicitarios. Hay resistencia, pero se está salvando. Hoy en día cualquiera con unos mínimos conocimientos informáticos puede conectar un ordenador a la televisión que hace de puente entre los contenidos online y la visualización familiar. Navegar por la televisión es posible, como hace 15 años era posible conectarse a Internet en este país y lo hacíamos cuatro. Fue cuando estos cuatro se convirtieron en cuatro millones cuando todo empezó a tener sentido. A la televisión le está pasando lo mismo.
La propia inercia tecnológica empieza a impulsar, o más bien a demandar, otro tipo de servicios, televisión a la carta, interactuación total con la caja tonta, participación, calidad. Muchos estamos esperando que GoogleTV salte «el charco» para instaurarse en nuestras vidas, para educar a nuestro aparato de televisión, que jamás -hasta ahora- necesitó ir a la escuela. Ahora se sonroja ante muchas miradas hacia él, incrédulas y perplejas, por la poca educación que ha recibido, pasando de ser la mejor de las compañías a una permanente pantalla oscura sin vida.
¡Alabado seas Internet que también vienes a educar a nuestra televisión! Y nosotros egoístas, ni tan siquiera hemos hecho un pequeño monumento a tu gloria en alguna plaza de alguno de los tantos pueblos o ciudades donde has llevado alegría y conocimiento a sus ciudadanos. No tenemos perdón.
Vídeo: La televisión inteligente de InOutTV
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