Eficiencia energética en la conducción

Hay dos maneras de enfocar los problemas desde la más tierna infancia, por un lado la imposición, la obligación, el «se hace porque yo lo digo» y por otro lado la educación, la información y el uso de los medios disponibles para comunicar de manera eficiente y veraz.

Los problemas energéticos en la actualidad no son patrimonio del estado español. Todos los países están pasando dificultades en particular con el precio del crudo traspasado a las gasolineras de turno. Nuestro gobierno, hábil en algunos sentidos y bastante torpe en otros tantos, opta por la imposición a la hora de proceder ante el problema. ¿Sube la gasolina? ¿Hay problemas en los países productores? Pues a partir de ahora, porque yo lo mando, todos a 110 en autopista. Esta es nuestra manera de proceder.

Manera que choca frontalmente por ejemplo con uno de nuestros vecinos más cercanos. Me entero gracias a Motorpasión que Francia, con unos problemas acuciantes por los precios del combustible (mínimos de 1,5067 la gasolina 95, 1,5417 la 98 y 1,3513 el gasóleo a fecha de semana pasada) optan por la segunda forma de enfocar el problema.

Poner el foco en la información: «señores, la cosa está mal, hay que reaccionar». Para ello crean una web en la que informan de las gasolineras con los precios más baratos según la ubicación del usuario, las mejores rutas para ahorrar combustible según el itinerario de cada persona y por supuesto un decálogo de consejos para que «voluntariamente» cada ciudadano ponga en práctica una conducción más efectiva y consigan una mejora evidente en el consumo, traducida en un menor gasto general y particular de cada cual.

El decálogo propuesto por el gobierno francés, por supuesto, es totalmente aplicable a nuestras carreteras y, bajo mi humilde punto de vista, bastante más eficiente que reducción obligatoria de velocidad en autopistas y autovías impuesta por nuestro gobierno. Ya saben, como siempre digo, infórmense:

1. Conducir de forma menos agresiva, reduciendo acelerones y frenazos puede recortar un 40% en ciudad o 4 € cada 100 km.

2. La carretera no es una pista de carreras, ir a una velocidad adecuada puede reducir un 20% el consumo.

3. En autopistas y autovías, reducir en 10 km/h el ritmo, me ahorrará unos 7€ cada 500 km.

4. En los pequeños trayectos urbanos, utilizar más transporte público, la bicicleta y caminar.

5. Mantenimiento correcto del vehículo. Un filtro de aire sucio consume un 3% más y un motor con un mantenimiento deficiente, aún más.

6. Neumáticos mal hinchados, aparte de ser peligrosos por su deficiente agarre, producen mayor consumo en el coche.

7. No abusar o prescindir del aire acondicionado nos puede llegar a hacer ahorrar hasta 4€ cada 100 km.

8. Utilice la tecnología de los coches, como el ordenador de a bordo, el limitador y el regulador de velocidad, navegadores e información de tráfico para controlar mejor el consumo.

9. Retirar una baca vacía puede hacernos ahorrar un 10%

10. La próxima vez que vaya a comprar un coche, no mire solo los caballos y los centímetros cúbicos y piense en la eficiencia del vehículo a la hora de tomar una decisión.

Ya ven, como decía al principio, hay dos formas de enfocar los problemas. ¿Por cuál se decanta usted?