La vergüenza que les falta a los líderes del G8 que discutieron sobre la crisis alimentaria en el mundo y dejaron sin efecto ayuda alguna para África con un auténtico festín propio de auténticos reyes: Ocho platos, con 19 variedades culinarias preparadas por 25 cocineros, regados por seis caldos de Japón, Francia y California para completar un suculento banquete en festejo de las “Delicias de la tierra y el mar».
El banquete de la vergüenza:
ENTRADAS
– Maíz relleno de caviar
– Salmón ahumado y erizo de mar
– Tartaleta de cebolla
– Bulbos de azucena y ajedrea
PRIMER PLATO
– Ternera de Kyoto bañada en algas y condimentada con espárragos y salsa de sésamo
– Tacos de atún con aguacate, salsa de soja y ´shiso´ (hierba japonesa)
– Sopa de almejas
– Congrio con azucenas y vinagreta de soja
– Langostinos
– Rollitos de anguila a la plancha envueltos en bardana
– Boniatos
– Gobio frito en aceite de soja y azúcar
ENTRE PLATO
– Sopa de marisco
SEGUNDO PLATO
– Pescado del Pacífico a la plancha y con una vinagreta de pimienta
TERCER PLATO
– Cordero lechal con hierbas aromáticas, trufas negras y salsa de piñones
PRE POSTRE
– Tabla de quesos con miel de lavanda y frutos secos
POSTRES
– Degustación ´Fantasía del G-8´
CAFÉ
– Café y dulces rellenos de fruta
Este es el verdadero banquete que se dieron los líderes de la tierra en un magnífico artículo de Pablo Jato para el periódico argentino Clarín:
Entrantes: Un suculento desfile de promesas vacías y palabras huecas cubiertas de una fina capa de la más pura y exquisita hipocresía. Maíz relleno de un modestísimo caviar. Salmón ahumado y erizo de mar, sacado del agua por niños hambrientos sonrientes. Tartaleta de cebolla y bulbos de azucena y ajedrea.
Primer plato: Las esperanzas de futuro, rellenas con esponjosos informes catastróficos. Ternera de Kioto, la más cara del mundo, cubierta con miradas de las familias hambrientas de Somalia y bañada en algas y condimentada con espárragos y salsa de sésamo, tacos de atún con aguacate, salsa de soja y shiso, sopa de almejas, congrio con azucenas y vinagreta de soja, langostinos, rollitos de anguila a la plancha envueltos en bardana, boniatos, gobio frito en aceite de soja, y rociado con lágrimas de miles de seres humanos.
Entreplato: Revuelto de estadísticas sobre el cambio climático, condimentada con los comentarios jocosos de Berlusconi. También sopa de mariscos. Ensalada de lobys.
Segundo plato: Acuerdos sobre el Co2 con una fuerte salsa de mentira clásica. También pescado del Pacífico a la plancha con vinagreta de pimienta, rodeado con la piel de 800 millones de muertos seleccionados cuidadosamente entre la más estricta pobreza.
Tercer plato: Cordero inocente, relleno con el alma de 11 millones de niños que mueren de hambre cada año, hierbas aromáticas, trufas negras y salsa de piñones. Ensalada de derechos humanos con salsa china.
Postre: Los sucesivos precios del barril de crudo, al alza, con un verde y aromático tinte de beneficios bancarios desmesurados. También, protestas callejeras variadas contra la cumbre, agridulces, tabla de quesos con miel de lavanda y frutos secos y degustación Fantasía del G-8. Galletas de ONG.
Café y dulces rellenos de fruta. (ninguna lanzada en las protestas)
Ningún transgénico. ¿Alguien bendijo la mesa?
Se lo comieron todo. ¡Tenían hambre, los pobres!
El vino: sangre de guerra, cosecha del… ¿qué guerra fue la mejor? ¿Será Lacrima Chriti?
1 Comentario
Estos de pensar poco, a comer y listo…