El final de la televisión analógica y las narices que tienen los políticos

Este viernes España da un salto importante en cuanto a telecomunicación audiovisual se refiere. Se acabó la televisión que habíamos conocido hasta ahora, la llamada televisión analógica, y comienza el reinado en nuestro país de la televisión digital o TDT.

Escribía allá por noviembre del 2007 sobre el tema, poniendo en mi boca la incertidumbre que rodeaba por aquel entonces a los pocos que estábamos enterados del asunto. 2010 odisea digital ponía en duda la correcta implantación de la señal digital en todo el territorio, basándose en la poca información que hasta la fecha disponía el consumidor, vamos la mayoría de este país.

Mucho han cambiado las cosas dos años después. Bien es cierto e innegable que las administraciones han hecho un esfuerzo -algo tardío bajo mi punto de vista-, para que ningún municipio quede atrás en la carrera hacia la TDT, pero también es innegable que los errores de hace dos años hacia «acá» se han pagado y va a haber núcleos que queden exentos «del placer» de poder ver la televisión.

Y como quiera que este es un país en el que no gusta mirarse mucho al ombligo, nuestros eficientes dirigentes, cuando llega el momento de la verdad, lejos de afrontar hechos y problemas como suyos, afirman cosas como esta que sale de boca de Francisco Ros, Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información:

«Tenemos que quitarnos la obsesión de que el 100% quiere ver la televisión…, hay que quitar dramatismo» al apagado y dar a la gente libertad para conectarse en el momento que quieran… Si no lo han hecho hoy, lo pueden hacer mañana».

Matizando, el señor Ros asegura que las incidencias por el apagón de la televisión analógica están siendo mínimas y que efectivamente hay un porcentaje de población en las zonas que ya han sido apagadas (entre el dos y el tres por cierto) que no ve la TDT, «porque no quiere verla».

Pues eso, que adiós a «la tele de siempre», bienvenida TDT y joder, con perdón, queda claro que para ser político hay que tener un buen par de narices y ser a lo poco, cínico como el que más.

Más información: Procedemos a apagar la televisión analógica – Televisión digital terrestre