La mayoría de ustedes, como yo, han vivido desde hace más o menos tiempo cercanos a las ventanas de Microsoft. El arte de los de Richmond ha conseguido durante muchos años, ejercer un monopolio en los ordenadores de usuario y en los empresariales. Outlook, work, excel y compañía son indispensables para la gran mayoría de los mortales. Indispensables es un decir, claro.
Yo particularmente, me he pasado mi vida informática, formateando ordenadores, instalando utilidades de sistema para alargar la vida al windows de turno (ccleaner, tuneup, etc.), agregando ram cuando el ordenador racaneaba, instalando un nuevo disco duro cuando no me entraban los datos, substituyendo la tarjeta gráfica cuando la anterior ya no daba más de si. Todos sabemos que la vitalidad de la juventud te permite estas y otras muchas más, pero ¿saben? uno ya esta un poco cansado de tanta fiesta, necesitaba relajarme, tranquilizarme, olvidarme de reinstalaciones, de puntos de sistema, de todo.
Mal que me pese, linux no es una opción a no ser que sea usted un «superusuario». Llevo usando Ubuntu mucho tiempo (y alguna otra distribución) y más tarde o más temprano, sin motivo aparente, sin más, «casca». La experiencia me dice que debe tener un temporizador con cuenta atrás que le dice: «cuando llegues a cero, hazle la vida imposible a tu dueño». He de reconocer que Ubuntu es un gran sistema operativo al que le falta madurez y sobre todo estabilidad.
Y nos queda Mac. Decidí comprar un MacBook Pro, en parte por probar, en parte por misticismo -para que negarlo- y en parte por calidad y apariencia, que no precio en este caso. La última actualización de los MacBook Pro, les han puesto en primera línea de mercado en cuanto a prestaciones, quizá con un único pero que es la tarjeta gráfica integrada, pero bueno, para el uso que le voy a dar yo, aceptamos pulpo.
Este ordenador cobra verdadera notoriedad cuando se le pone de tú a tú con otro. En mi caso, recientemente adquirí un HP para el trabajo, nuevo y potente. Ponerlos el uno al lado del otro por un lado es como poner a la bella delante de la bestia, realmente la estética cobra importancia en la cercanía. Por otro lado, la experiencia de uso en cuanto al teclado, muy superior de nuevo en el caso del Mac, suavidad, retroiluminado, espacio entre teclas… Y el trackpad es punto y aparte. Aquí no quiero comparar las dos marcas, solo decir que jamás me había sentido cómodo con un trackpad de un portátil. El del MacBook Pro es diferente. Debería llamarse de otra manera para no ofender debido a la enorme diferencia entre este dispositivo y otros. Una maravilla.
Del hardware poco más voy a contarles, salvo que a día de hoy con procesadores i5 e i7 cumplen totalmente las expectativas que hay puestas sobre ellos. En cuanto batería, unas siete horas y las conexiones, como un pc: puertos usb, ranuras para tarjeta, dvd, etc… la novedad aquí el tan analizado puerto Thunderbolt.
Vamos a lo que da miedo. Al software, al sistema operativo, a los programas que podemos instalar en el ordenador. Las primeras sensaciones que ofrece el sistema operativo de la manzana son positivas para el que afronte con miedo el cambio. Es sencillo e intuitivo llegar a cada uno de los programas instalados, siempre se ha dicho que un apple es encender y ponerse a trabajar, cierto en cierta manera e incierto en otra. Tiene de todo y le faltan cosas. Para eso está la web.
La conectividad, la gestión de pantallas si se conecta por ejemplo a una pantalla LCD externa y la agilidad en general del sistema operativo, un lujo en un equipo que presume de procesador i7. Potencia controlada.
Los únicos peros que encontramos, entre comillas, son atajos de teclado diferentes como el famoso ctrl+c y ctrl+v. Hasta que encontré la fórmula mac para copiar y pegar… un buen dolor de cabeza, una vez conocido el cmd+c y cmd+v relajación. Instalar y desinstalar programas es de una extremada sencillez, pero requiere saber como hacerlo. Así con todo, alguna diferencia, si, pero ni remotamente insalvables, al contrario, cada día que pasa uno trasteando con el sistema operativo OS X, menos ganas tiene de volver a las ventanas. Recomendable cien por cien.
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