No vayáis allí, nos decían muchos. Habíamos estado antes y todo fue bien, ¿por qué no vamos a ir allí? Las cosas han cambiado. Bueno, nosotros no. Este sería mi resumen en 140 caracteres de lo que este fin de semana he vivido con el nacimiento de mi hija Chloe. El lugar donde nos decían que no debíamos ir es el Hospital Central de Asturias (HUCA). Los que no cambiamos, mi mujer y yo, convencidos de que otra forma de traer niños al mundo es posible, pero no dejen de leer, no hay nada raro en lo que les contaré, simplemente queríamos seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, las del Ministerio de Sanidad y las de otros países, perdonen que les diga, algo más avanzados que el nuestro, como Francia, Inglaterra, Alemania, Holanda…
Ariadna, mi otra hija, llegó al mundo en la sala de dilatación 1 del HUCA como bien me recordaba el otro día una matrona que se acordaba perfectamente de nosotros. Llegó al mundo sin ningún tipo de medicalización ni de instrumentalización. No les voy a contar otra vez de que va la cosa, pueden leerlo en los artículos ya publicados: «El parto es tuyo, no de ellos«, «La información contra la infantilización de la mujer embarazada«, «El estado de la atención al parto en España» y «Un emocionado, hasta dentro de unos días«.
No somos raros aunque los que se dejan llevar lo piensen. No somos antivacunas, ni mucho menos. No renunciamos a los avances de la medicina, ni hablar. Esto es otra cosa. En los artículos anteriores lo pueden comprobar, con documentos oficiales. Lo nuestro es una cuestión de amor hacía el bebe que va a nacer y de amor hacia la madre que lo va a traer al mundo.
Igual que con Ariadna, queríamos para Chloe la mejor llegada al mundo posible. Ella viene de la oscuridad, de un mundo acuoso, de la tranquilidad del interior de la madre. El momento del parto es un proceso potente, para la madre y para el bebé. Hemos perdido «casi todos» la empatía hacia nuestras pequeñas criaturas. Imagínense ustedes en el proceso. El miedo, la inseguridad, la fragilidad ante el nuevo mundo que tienen ante si. Luces, ruidos, manoseos, vueltas para aquí y para allá. Pinchazos, daño, dolor. Esto es lo que tenemos reservados para la llegada al mundo de nuestros hijos. Las cosas no son así. Hemos deshumanizado (en España) el parto. Por norma general, matronas y ginecólogos, sobre todo los segundos actúan como si fueran mecánicos de coches. Automatización, todo programado, si algo no va bien, ajusto unas tuercas, aprieto por aquí, corto por allá y para fuera. «Siguiente».
Llegamos al hospital y de inicio a mi me tocó esperar en la sala de primera atención. No protesté. Sabía que unas veces tenía que tener cintura y otras ser tajante. Allí se escudan en que hay más parturientas. Todo según nuestro plan. A mi mujer le quieren poner una vía. No la quiere. No está enferma. La puedes necesitar. Si la necesito me la pones, ahora no la quiero. ¿Por qué? Para evitar que algún ginecólogo aproveche para inducir velocidad al parto. Oxitocina. Si han leído los artículos antes citados, sabrán porque no es buena, más allá de la que segrega la madre de forma natural. Sale en camilla, me dice que está totalmente dilatada, tras ella tres personas escoltando. Parecía algo crítico. No era para tanto.
Según llegamos a la zona de parto… «usted no puede estar aquí». Yo no me separo de mi mujer, respondo y las tres personas anteriormente citadas y al menos otras tres me miran con perplejidad para acabar diciendo «bueno, pase». Entramos en la sala y comienza el proceso. Le tengo que poner una vía. No. Yo soy el que sabe de esto, oí en tres o cuatro ocasiones, hasta que yo me cansé y dije que dejemos la puñetera vía de una vez y preocupémonos de la seguridad de la madre y de la hija, póngale el monitor (¿profesionales? pensé). Ups, matrona a correr a por el monitor. La segunda en cansar mi mujer. Si ustedes no saben de esto, llamen a alguien que sepa de parto respetado. El conjunto de tres matronas que nos acompañaba fue substituido de inmediato por una sola matrona, diferente y que realmente sabía de lo suyo, más allá de realizar un trabajo automatizado de mecánico del automóvil.
En un momento dado nos sugirió pasar a paritorio, luego supimos porqué, Chloe venía de cara, sus morritos fue lo primero que vi. Confiamos en ella y en un abrir y cerrar de ojos, todo había acabado. Mi niña salía al mundo, directamente al cuello de su madre, para empezar a mamar prácticamente nada más nacer. Tranquilidad. Sosiego. Calma. Amor. Lágrimas. Emoción. Nos costó, a mi sobre todo, pero lo conseguimos. Una hora después cogía yo a mi hija, para llevarla ante otra mecánica del nacimiento. La pesa y llora por primera vez porque se siente desprotegida. La alza, la voltea, la posa de nuevo y la estira para medirla, pocas cosas gustan menos a un bebe que lleva nueve meses encogido sobre si mismo. Llora más. Saca la vacuna de la Hepatitis B, antes le habían puesto la Vitamina K. Más lloros. La cojo en mis brazos y entre consuelos le digo que ya está, que hoy no la toca nadie más que su padre y su madre.
Y así fue, a pesar de que al subir a planta, una señorita quería llevársela inmediatamente. ¿Para qué? Para pesarla y medirla. Lo han hecho hace diez minutos abajo, la niña ni ha engordado un gramo ni ha crecido un centímetro desde entonces. Coja usted el papel y lea lo que pone. Bueno, yo soy una mandada. Bueno, pues adiós muy buenas.
La planta de pediatría es un horror. Las enfermeras y demás entran, salen, dan portazos, hablan en un tono elevadísimo y por norma general, les trae al «pairo» la tranquilidad y el amor de la pareja con su hijo. A la segunda visita pedimos al ginecólogo y al pediatra y si madre e hija están en condiciones, nos vamos a casa. Y así fue. A las ocho horas cogíamos el coche para disfrutar de la tranquilidad y la familiaridad de nuestra casa. El resto de pruebas las haremos el lunes, hoy para el lector, en nuestro centro de salud.
Ante esta forma de actuar que a muchos les parecerá rara o cuanto menos extraña, nuestra hija no ha vuelto a llorar. Se siente segura con su madre por que la huele y sabe quien es. Se siente segura con su padre y hermanos porque lleva meses escuchándoles en la barriguita. Come, duerme, hace «cacas» y mueve las manitas y las piernitas mientras otea las luces que puede observar en su, de momento, mermada visión. Nosotros estamos tranquilos. Ella también. Hemos ahorrado un buen dinero a la Seguridad Social y sobre todo, nos vamos contentos, porque muchas matronas se acordaban de nosotros, del anterior parto y nos alentaban a que esto tenía que cambiar de una vez por todas. Nosotros no creo que lo volvamos a vivir, pero la conversación que escuchó mi mujer entre el personal sanitario después de su visita a nuestra habitación en planta, no tiene desperdicio. Médicos que nos apoyaban, médicos que sabían que lo que hacíamos era correcto y los otros, los mecánicos, los que han perdido la ilusión y la humanidad y se rigen exclusivamente por protocolos, horarios y formas que no son lo que tienen que ser. Esperamos como padres, que nuestra forma de hacer las cosas en este hospital, por dos veces, sirva para que futuras madres y futuros hijos, dejen de sufrir las consecuencias de la mecanización del parto.
También les digo, futuros padres, que hay que tener mucho temple y seguridad para hacerse respetar. Con toda probabilidad, si nuestra forma de ser fuera otra, mi mujer habría sido atendida por las tres primeras matronas y ante el caso extraño de ver como la niña venía de morros, como poco, habría recibido un buen corte que nos hubiera impedido disfrutar de la misma manera de uno de los momentos más extraordinarios de la vida. Nuestra matrona A.F.F. supo en todo momento que hacer y lo hizo fantásticamente ante la sorpresa de que Chloe hubiera decidido afrontar la vida de cara.
6 Comentarios
[…] voolive.net – Carlos Urioste No vayáis allí, nos decían muchos. Habíamos estado antes y todo fue bien, ¿por qué no vamos a ir allí? Las cosas han cambiado. Bueno, nosotros no. Este sería mi resumen en 140 caracteres de lo que este fin de semana he vivido con el nacimiento de mi hija Chloe. El lugar donde nos decían que no debíamos ir es el Hospital Central de Asturias (HUCA). Los que no cambiamos, mi mujer y yo, convencidos de que otra forma de traer niños al mundo es posible, pero no dejen de leer, no hay nada raro en lo … show all text posted by friends: (2) @labrujulaverde: Esquivando a los mecánicos del parto, por @voolive y @compartemimoda http://t.co/nuP5LMt1 22.10.2012 16.35.52 @pilarportero: La manera más feliz de llegar a este mundo http://t.co/XiOJ7Rw8 por @compartemimoda y @vooLive Enhorabuena Chloe por esos padres peleones 22.10.2012 14.44.12 posted by friends of friends: (1) @Yoriento: Chloe, precioso nombre. Felicidades, guapos @compartemimoda @voolive http://t.co/km6OoEjx 22.10.2012 16.02.22 Comparte Comments comments /* […]
[…] ocupación en todos los frentes. El primer cambio ha venido en la familia. Habíamos decidido traer al mundo otra criatura al mundo y al ser la tercera “nena” de la casa, los últimos meses antes de nacer y estas […]
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Hola, estoy en la semana 32, voy a dar a luz en el HUCA. Hasta hoy tenia muchas dudas, quiero un parto natural, ya hemos hecho plan de parto y mi pareja y yo estamos de acuerdo en el proceso que queremos realizar. Estuve a punto de optar por cambiar de hospital, pero con ello no haría nada por cambiar las cosas, por plantarle cara a los «mecánicos»; vuestra experiencia nos ha ayudado, iremos con nuestras convicciones al HUCA y como vosotros «haremos la diferencia». Gracias por compartir esto con todos. Un saludo. :)
Animo y suerte (que lástima tener que desearlo, ojalá fueran las cosas de otra manera) y ante todo velar por la seguridad del niño y de la madre, no es decir que no, es utilizar cuando es necesario y espero que no sea necesario en ningún momento. Nosotros solo necesitamos en los dos partos de la buena experiencia de una matrona que sabía lo que hacia, debería ser lo normal en la mayoría de los partos. Feliz parto.
A veces nuestros actos, hacen que alguien abra los ojos y cambie. Gracias por desearme suerte (que si que es una lástima necesitarla). Será un buen parto, nos encargaremos de ello :)