La composición de colores, la utilización de diversas técnicas fotográficas en las sondas espaciales y el propio Photoshop pueden hacer de una imagen no del todo fidedigna, un maravilloso «fake» planetario. En este caso, tal y como nos cuentan en Bad Astronomy, la composición final se toma de dos imágenes reales por separado tomadas por la sonda New Horizons de la NASA en 2007.
La principal, la del planeta Júpiter es en realidad una composición de tres imágenes tomadas en infrarrojo, mucho más allá de lo que el ojo humano puede ver. La imagen de la luna Ío fue tomada un día después para ser unida a la del planeta. Como curiosidad, el punto rojo es un volcán activo en Io, y el resplandor azul es un penacho de material expulsado muy por encima de la superficie de la luna.
Efectivamente es un fake planetario, pero las imágenes que lo componen son reales y está sacadas por un pequeño artefacto humano que en su camino hacia Plutón y su posterior salida del Sistema Solar, tuvo tiempo de deleitarnos con esta verdadera obra de arte «compuesta».
2 Comentarios
Es una pena que muchas de las veces que nos enseñan fotos astronómicas son trucadas, ya sea porque sino no conseguiríamos verlas, o porque quieren que parezcan más espectaculares. Ya que algunas veces es obligatorio trucar la imagen, como cuando son fotos de galaxias lejanas, al menos que se recuerde si realmente la foto que alguien esta viendo, tiene el color verdadero.
En ocasiones es el instrumental astronómico el «culpable» efectivamente, necesitamos el infrarrojo y otras longitudes de onda para capturar determinadas imágenes o para evaluar ciertas caracteristicas del objeto fotografiado. Para mi no resta ni un ápice de romanticismo, salvo en algunos casos que claman al cielo (nunca mejor dicho :)
Gracias por el comentario