Si digo que llevaba años deseando descubrirlo, quizá me quede corto. A pocos kilómetros de Poitiers (Francia), se encuentra Futuroscope, un parque de atracciones basado en la tecnología y en la proyección de atracciones en 3D y 4D. Para ponernos en antecedentes, decir que hace dos años, visitamos La Ciudad del Espacio en Toulouse (Francia) y nos dejó maravillados a todos los miembros de la familia por su interactividad, como ya dije en su momento «La ciudad está hecha para que la toques, para que experimentes con ella y el idioma ayuda, claro, pero no es indispensable«. Con esos antecedentes, me había hecho una composición de lugar de Futuroscope parecida y quizá eso me decepcionó un poco.
Aprovechamos los últimos 5 días del año para acercarnos a Poitiers, conocer la zona, volver a ver al Gran Elefante de Nantes (absolutamente impresionante) y como no, pasar un día festivo y familiar en Futuroscope. Si nos abstraemos de mi idea preconcebida, el sitio es recomendable 100%. Así fue nuestro viaje:
Empezamos entrando a ver a los Lapins Rabbits en la atracción La Máquina del Tiempo. Divertidísima, un repaso en forma de 3D a la historia de la humanidad con el peculiar humor de estos simpáticos conejitos. Eso sí, en esta y en el resto de atracciones, colas interminables (entre media hora y una hora de espera en las principales atracciones). La siguiente fue muy decepcionante, ya que entramos a ver al campeón del mundo de surf, Kelly Slater y esperábamos otra cosa sinceramente. Un documental. Sin más.
Para no volver a equivocarnos decidimos ir a los platos fuertes. Primero, directos a Arthur, la aventura 4D. La venden como la mejor atracción del mundo y no sé si será así, lo cierto es que es absolutamente espectacular. Lo dice un enemigo acérrimo de las atracciones que impliquen velocidad, vértigo y similar. Y Arthur es todo eso y más, una historia bonita, adornada con espectaculares persecuciones vividas como si estuvieras dentro del fantástico mundo de los minimoys. Destacar que como llevábamos dos niñas pequeñas que no podían entrar, tanto mi mujer como yo nos turnamos para entrar con el niño mayor, esperando en una salita contigua y sin necesidad de hacer dos veces cola.
De allí fuimos a Bailar con los Robots, atracción que yo muy hábilmente esquivé por mi aversión comentada anteriormente a las batidoras humanas. A ritmo del famoso DJ Martin Solveig, y montados sobre unos enormes brazos robots, los «bailarines» daban múltiples volteretas y cabriolas dignas de cualquier equipo de entrenamiento de la NASA. Montaron mi mujer y el niño mayor y su impresión fue «muy divertida pero muy corta». Estuvieron casi una hora de espera, para pasar escasos segundos bailando con los robots.
Lo siguiente atracción fue Monstruos Marinos, una nueva proyección en 3D que permite explorar las profundidades del océano 82 millones de años antes de nuestra era y descubrir inmensas criaturas marinas tan asombrosas como aterradoras. Muy chula, igual que El Principito, otra historia de dibujos animados en 3D con la que me reí mucho viendo como Ariadna con dos años y medio, alucinaba intentando tocar los dibujos que parecía que estaban delante de ellas gracias a las gafas. También entramos en el 8º Continente, un juego en el que montas en una moto móvil y con una pistola láser tienes que desintegrar toda la basura que hay en los océanos. Breve y divertida, sobre todo para los que lograron desintegrar grandes cantidades de basura, por mi parte, el océano quedó igual de sucio que estaba para mi desconcierto.
Por último, ya con bastante frío por el tiempo que nos hizo y con el mayor con algo de fiebre, montamos él y yo en La Vienne Dinámica, otra de esas atracciones en 4D en la que vuelas, conduces y corres como un loco por todos lados mientras un «simpático» troll te escupe literalmente cada vez que estornuda. Muy divertida y algo mareante para mi gusto.
Como conclusión, un lugar para visitar y pasar un día o dos de diversión en familia más allá de montañas rusas y atracciones más tradicionales. Un mundo mágico y bien ambientado que imagino que en primavera y verano cobra otra dimensión gracias al buen tiempo y al disfrute de las atracciones al aire libre que nosotros dejamos atrás. El mayor «pero», como en muchos de estos lugares, la comida no merece llamarse con ese nombre, mejor llevar bocadillos de casa. En cuanto al idioma no es un problema, hay cascos en la entrada con traducción al español para las principales atracciones que nosotros olvidamos de coger y pudimos disfrutar de todas ellas sin ningún problema.
3 Comentarios
Yo estuve este verano con mi familia y nos encantó. Es cierto que las colas son interminables pero luego merece la pena, para mi lo mejor Arthur y los Rabbits. Ja,ja lo de la comida tienes razón, pero efectivamente creo que es un mal de este tipo de sitios con mucho público
La verdad es que nosotros nos divertimos mucho, además de Arthur y los Lapins Rabbits, de las que vimos, destacaría también La Vienne Dinámica, además de la conducción y demás, el frenesí de la historia es muy divertido.
Gracias por el comentario Silvia
gracias muy bonito sitio amigo