«Hoy van a morir 17.000 niños en el mundo«. Así de contundente ha comenzado el discurso de Ban Ki Moon en la cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria de Roma. En ella se dan cita 60 jefes de Estado y representantes de varios de países no alineados, con el objetivo de dar un impulso a la lucha contra el hambre y la desnutrición, que afecta a una sexta parte de la población mundial.
Se renueva la intención de reducir a la mitad el número de las personas que pasan hambre antes de 2015. Sin embargo las primeras impresiones son que estas intenciones pueden quedar sólo en eso, en intenciones. No se ha especificado a lo largo del día de hoy, cuales serán las fuentes de financiación para materializar en la realidad esta declaración. De momento papel mojado…
José A. Hernández, portavoz de Oxfam Internacional en la cumbre resume de esta manera su alto grado de indignación por la falta de soluciones aplicadas: «Nos preocupa la dejación de obligaciones por parte de los países ricos, puesto que ningún líder del G8, aparte del anfitrión, asiste a la Cumbre. Su indiferencia es una gran preocupación cuando más de 1.000 millones de personas sufren malnutrición y más millones están expuestos a un clima cambiante dañino y a la volatilidad de los precios de los alimentos. Los países en vías de desarrollo no deberían ser abandonados en esta Cumbre».
Más información: Cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria – Más comida = Más hambrientos
ACTUALIZACIÓN 19 de noviembre de 2009: La cumbre del hambre termina sin soluciones
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