“Respondamos a la llamada de la historia e iluminemos el incierto futuro con la preciosa llama de la libertad”. Así se expresaba Obama en su discurso de presidente reelegido, así contaba al mundo que estamos «jodidos» y que poca idea tiene de cómo sacarnos de esta, bueno, al menos a sus conciudadanos, al resto por aquello de que la primera economía del mundo tiene que tirar del carro. ¡Qué bonitas palabras! ¡Qué bien hacen eso del marketing los americanos! Aquí no les llegamos ni a la suela de los zapatos, aquí es ver salir al político de turno y provocar ulceras estomacales porque su cara indica todo lo contrario de lo que sale por su boca… y perdonen la generalización.
Tenemos una crisis monumental encima. Hemos perdido los valores o al menos hemos dejado de saber vendernos, eso si alguna vez hemos sabido. Qué bonito lo dice Obama. Que patéticos somos nosotros. ¿Se dan cuenta del trasfondo? Llevo cuatro años gobernando, no he conseguido dar con la tecla que nos saque de esta, pero mis palabras generan confianza, más incluso que la que generan mis actos. Soy un showman de primera, soy un vendedor nato… «yes we can«. Nuestra historia es importante, es nuestro legado y tenemos que estar a la altura ¿cómo? y yo que sé, ¿no se ha dado cuenta de que el futuro es incierto? pero aun así yo me convertiré en el garante de su más preciado bien, la libertad. Amén.
Los americanos tienen que tener los pelos como escarchas de la emoción. Yo tengo cierto grado de envidia. No solo hubo palabras etéreas y emocionantes en su discurso. También hubo palabras concretas para problemas reales que otros dejan relegados en el cajón del olvido gracias a que ahora hay que mirar hacia otros lados, como “responder a la amenaza del cambio climático” nombrando a la Ciencia, algo en lo que allí al menos creen: “algunos pueden todavía negar el contundente juicio de la ciencia pero nadie puede evitar el devastador impacto de los incendios masivos, las monstruosas sequías y las tormentas más poderosas. El camino hacia las fuentes de energías sostenibles será largo y a veces difícil pero EE UU tiene que estar al frente”. Por estas latitudes no nombramos a la ciencia ni en nuestra educación. Conocimiento del medio… sip.
Luego va el hombre y habla de amor… de amor por el prójimo: “si realmente somos creados iguales, el amor que cada uno le ofrece a otro también debe de ser tratado por igual. Nuestro viaje no habrá terminado hasta que encontremos una mejor forma de acoger a los esforzados y esperanzados inmigrantes que todavía ven América como la tierra de las oportunidades”. Que abiertos de mente son los americanos. Aquí los inmigrantes estorban, hay que recortarles derechos, si se ponen malos que sanen por ciencia infusa, esa que es la única que conocemos.
Y no me dirán que Obama no es un tío que sabe de lo que habla: “no puede triunfar cuando a muy pocos les va muy bien mientras que a una mayoría cada vez mayor les va cada vez peor, estos serán unos EE UU en los que cada persona encuentre independencia y orgullo en su trabajo, en el que los trabajadores honestos reciban un salario que pueda sacar a sus familias del sufrimiento, en el que una niña nacida en la más sombría pobreza sepa que tiene las mismas oportunidades que cualquiera”. ¿Pero cómo no van a votar a este hombre los americanos? Y más con los antecedentes en el cargo. Yo le voto, claro que le voto. Claro que cuando me despierto para darme cuenta de que Obama tiene de Español lo que yo de Americano, me pregunto: ¿y a quién voto yo?
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