Pasada la jornada electoral y en la situación de búsqueda de apoyos y pactos varios para gobernar aquí y alla, parece que han quedado lejos aquellos gritos surgidos del 15M y de las diferentes acampadas que se han desarrollado por todo el territorio español, en especial, el icono de la revuelta que ha sido #acampadasol.
Aquí en Asturias se ha desarrollado un caso insólito. El bipartidismo existente durante casi toda la democracia ha sido eclipsado por la irrupción de un nuevo partido político. Foro Asturias (FAC), liderado por un peso pesado en la política española, Francisco Álvarez Cascos, ha barrido con años de hegemonía del PSOE en el Gobierno del Principado, logrando ser la fuerza política con mayor número de escaños; ha permitido que la tradicional gobernanza del PP en Oviedo en manos de una persona un tanto peculiar como es Gabino de Lorenzo, corra ahora peligro de desaparecer y también ha conseguido que el PSOE este en la línea de salida del Ayuntamiento de Gijón, fortín histórico de este partido político.
Todo ello ha sido gestado en escasos cuatro meses. Un líder sólido ha generado la suficiente confianza en los ciudadanos. Un partido político nuevo, libre de desbarajustes, impune ante todo y falto de líderes de segunda fila que no hubieran generado más que debates infructuosos que harían perder votos en favor del poder establecido. Todo ello unido al hartazgo de los votantes, al cansancio de ver como el PSOE ha dejado de hacer más que ha hecho, los escándalos políticos de estos y la inexcusable y estéril batalla de poder en el PP regional, han generado que un partido político nuevo, haya logrado la confianza de la mayoría de su pueblo para que su líder sea el próximo Presidente del Principado de Asturias.
FAC ha demostrado en una región española que haciendo las cosas de otra manera se puede llegar arriba. Ahora les tocará demostrar si realmente merecen quedarse o vienen a ser más de lo mismo, pueriles personajes que como los que han perdido se dedicarán a intentar deslegitimizar por una u otra razón a los que el pueblo ha dado su confianza, en lugar de hacer examen de conciencia para comprender y asumir que más de una cosa han hecho mal, que tienen que cambiar sus formas de hacer, que los ciudadanos han dicho «hasta aquí habéis llegado«. Veremos con el tiempo si efectivamente FAC se diferencia del resto, si no asume sus vicios y sus penurias, que por desgracia son las nuestras.
Para FAC, para el PSOE, para el PP, para IU, para CIU, para el PNV, para todos los partidos políticos, recordamos que la gente sigue en la calle, que los ciudadanos siguen sin estar contentos, que todos seguimos teniendo un problema. Para todos ellos, la Asamblea General de Sol, reunida a las 2o horas del 25 de mayo, ha llegado a un consenso de mínimos para debatir «nuestro problema» desde cuatro líneas:
1. Reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real y con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana.
2. Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política.
3. Separación efectiva de los poderes públicos.
4. Creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.
Cuatro puntos consensuados que serán ratificados en la Asamblea General del viernes 27 de mayo y que se irán debatiendo en los distintos grupos de trabajo. Las bases mínimas del necesario cambio político de este país, generadas por ciudadanos, indignados, cansados y hastiados de que sus gobernantes no hayan llegado antes a estas conclusiones obvias para el buen funcionamiento de los diferentes organismos públicos de nuestro país.
Entretanto, muchos miraran con lupa el éxito de FAC en Asturias, para quizá, intentar replicar el modelo seguido en unas elecciones nacionales. ¿Alguien ha aceptado ya el reto?
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