Con esta sensación me quedé ayer después de recoger mi coche del concesionario oficial por unos arreglos y descubrir al abrir la guantera que me habían «substraído», bueno seamos claros, «mangado» el navegador y el cable de alimentación del mismo. Como evidentemente no puedo demostrar que el navegador estuviera en la guantera cuando dejé el coche para este arreglo pues eso, que han preguntado (no me toquen las narices…) y nadie lo ha cogido, con lo que adiós muy buenas y hasta la próxima.
Que la industria automovilística está en crisis es algo que ya sabía, pero que la crisis es tan gorda como para mangonear a sus propios clientes es algo que me ha dejado francamente perplejo.
Me acuerdo de los tiempos en los que teníamos que quitar la carátula del radiocasete por temor al «jicho» de turno. En estos tiempos si te descuidas te soplan hasta los zapatos y no precisamente el pobre hombre que no tiene ni para comer, sino el puñetero taller oficial de una marca de coches.
No, no voy a decir la marca ni el taller, aunque tentado he estado de hacerlo, pero aviso a navegantes, cuidadín que la industria automovilística está realmente en crisis.
1 Comentario
Joer que putada. Menudos caraduras. Yo la hoja de reclamaciones al menos se la habría pedido. Hijos de %$·%&!!!!