Pasan los meses desde que el test de embarazo confirma la feliz noticia y las idas y venidas a la consulta de la matrona y la tocóloga se suceden.
Para las mujeres inquietas y curiosas, llamémoslas aquí «controladoras«, a las que no les gusta dejar al azar las cosas importantes de su vida, suelen ser visitas desconcertantes en las que nos debemos esforzar por preguntar con una sonrisa una y otra vez ¿qué me vas a hacer? ¿para qué? ¿por qué?... y no siempre porque no lo sepas (si algo nos caracteriza es que antes de ir a un sitio solemos saber a lo que vamos) sino simplemente para contribuir a meterle en la cabeza a quien está al otro lado de la mesa, que no es normal llegar a una consulta médica y sin prácticamente mirarte a la cara te pidan la cartilla de embarazo y te digan que te desnudes de cintura para abajo, así porque si, ¿estamos locos o qué nos pasa?
Lamentablemente muchas veces las respuestas obtenidas no son ni profesionales, ni serias, ni científicas, ni rigurosas… sino respuestas condescendientes, expresiones de sorpresa por encontrarse con una mamá que quiera saber porque se tiene que quitar las bragas (con perdón), respuestas paternalistas: «no te preocupes mujer esto se le hace a todas en la semana x», «es una prueba normal». Respuestas que consciente o inconscientemente tratan de meterte miedo respecto al estado de tu bebé: cuestionad cualquier prueba más de 1 minuto seguido con referencias científicas y veréis que rápido aparecen las palabras «muerte perinatal». Todas ellas son respuestas que parecen querer dejarte claro que no tienes por qué saber, que solo eres el recipiente y que basta con que el médico sepa. ¿Es posible que esto le quepa en la cabeza a algún adulto responsable? ¿No se parecen estas respuestas en demasía a las que se les da a los niños cuando se da por hecho que no están preparados para conocer un tema en su totalidad?
Las más benévolas se quedan tranquilas pensando que no se trata de falta de profesionalidad, rigor científico, respeto por la paciente etc… sino una terrible falta de tiempo que hace muy difícil explicar los porqués en una consulta tocológica. Sin embargo, estas controladoras bien pensantes empiezan a dudar de que esto sea efectivamente así, cuando en las clases de preparación al parto, ese invento que conecta a las embarazadas con el protocolo y la forma de asistencia del hospital de turno, con una gran cantidad de tiempo por delante, las temáticas siguen siendo explicadas de forma paternalista, de forma poco seria y poco relacionada con la realidad y evidencias científicas del proceso del parto. Se exponen de un modo que más que clarificar transmite miedo, desasosiego e incertidumbre. Parece que con el único objetivo de que una vez en el hospital, ese miedo haga que te dejes hacer como una buena chica, porque efectivamente ellos saben y a ti en estas clases, lo único que te han enseñado es a ser buena y ponerse en sus manos.
En una clase de preparación al parto, se suceden una serie de incongruencias que me gustaría detallar. La primera, la obviedad de que debería ser impartida a una hora en la que ambos miembros de la pareja puedan asistir con normalidad simplemente porque el embarazo, el parto y el cuidado de los recién nacido es un tema de pareja, no de mujeres exclusivamente y las horas de la mañana suelen estar dedicadas en su totalidad a la jornada laboral. A nosotras nos resulta complicado asistir si aún no disponemos de la baja, pero a ellos, en esta sociedad española nuestra, pensar simplemente en pedir permiso para un curso de preparación al parto sin lucir una prominente barriga, es como plantearse firmar el parte de cese voluntario y no están los tiempos para engrosar las listas del paro. Una vez mas nuestro sistema alimenta las incongruencias de la tan nombrada «conciliación familiar» ya desde sus inicios.
Superada la incongruencia de que estén únicamente dirigidas a las mujeres, cuando asistes a una clase de preparación al parto, te das cuenta que su función es realmente desconcertante.
Tratemos de visualizarnos: 15, 20,25 mujeres embarazadas de más de 30 semanas de gestación llegan a un aula ansiosas en su mayoría por saber, compartir experiencias, conocer a otras que comparten con ellas inquietudes similares y sobre todo, articular el miedo feroz que reconocen en su mayoría al parto y al dolor asociado.
En frente una matrona conocedora del proceso fisiológico del parto y de todos esos documentos a los que nos referíamos antes que conocen las más controladoras, con la supuesta tarea de informar de forma rigurosa y científica a estas embarazadas de los diferentes temas:
- Dilatación, expulsivo, alumbramiento.
- Primera atención y cuidados del recién nacido.
- Lactancia materna
- Y como complementos gimnasia para embarazadas y respiraciones destinadas al parto.
Semana tras semana se desgrana un tema: un día la dilatación, otra el expulsivo, otra el alumbramiento y así poco a poco mientras algunas dejan de venir porque ya han completado su ciclo y han tenido a sus bebés, llegan otras que verán como nosotras también dejamos de ir por la misma razón, y se van desarrollando las diferentes temáticas de un modo bastante alejado de la ciencia y directamente relacionado con las necesidades del hospital de turno.
¿Cómo se cuenta el parto? ¿Cómo se explica el dolor? ¿Cómo se responde a las dudas de las futuras madres? Pues lamentablemente de un modo bastante negligente, que no arbitrario y que ni ayuda a las madres, ni ayuda a los profesionales sanitarios que nos atenderán, sobre todo si estos disfrutan con su trabajo.
Para concretar y que se entienda la argumentación, tomemos como ejemplo la temática «la dilatación» ¿Qué se supone que debe saber una mujer embarazada sobre este tema?
Pues por lo visto simplemente que la dilatación es un proceso en el que tienes contracciones. Que las contracciones son eso que duele, que tienes que ir al hospital cuando sean cada 5 minutos (las primíparas) y cada 10 las que ya hayan sido madres. Que esas contracciones hacen «que te abras» y que cuando «ya estés abierta de más de 4 centímetros» te pueden poner la epidural. Hasta ese momento hay que aguantarse el dolor.
¿Qué consiguen estas palabras? Continuar con el terrible miedo atroz de las mujeres al proceso del parto ninguna otra cosa, ni entendimiento de en que consiste una contracción, ni porque sucenden las contracciones, ni entendimiento de que le pasa (o que hace) al bebé durante una contracción, que podemos hacer las madres para fluyan, como nos pueden ayudar a que sean llevaderas y no sentirlas como un momento de sufrimiento extremo… de todo esto (lo realmente importante) ni un segundo de tiempo. Pero sigamos que la cosa da para mucho mas…
¿Qué más debemos saber las mujeres que estamos proximas al parto sobre la dilatación? Pues por lo visto, debemos saber que hay mujeres que no dilatan, que llegan al hospital «abiertas de 5 centímetros» y una vez allí la cosa se para y no se sabe muy bien porqué... ja!
¿Qué más? Que si ese es nuestro caso, nos pueden poner oxitocina para «ayudarnos» ¿? Nos harán un tacto cada hora u hora y media, porque tenemos que estar controladas ¿? Que durante el proceso de la dilatación estaremos conectadas a un monitor que detecta si se produce algún sufrimiento fetal. Que los sufrimientos fetales pueden ser nada, poco o muy importantes y para determinar el grado de importancia, si el monitor fetal detecta un sufrimiento (una alteración en el latido cardiaco del bebé) te harán un PH (esto es rascarle al bebé en la cabeza con un aparatito para obtener su sangre) pero dirán que no es una técnica agresiva, porque ahora se intenta intervenir lo menos posible ya que el parto está demostrado que es un proceso fisiológico natural y se intenta que todo siga su curso normalmente sin intervenir ¿Mande?¿Eso que se acaba de contar es permitir la fisiología de un parto?
¡Ah! Si es un hospital universitario, tendremos a varios estudiantes aprendiendo, porque los estudiantes de medicina tienen que aprender lo que es un parto y para aprobar la asignatura tienen que asistir a un número determinado de partos y que lo podemos ver como una contribución a la ciencia. Si es por la mañana habrá muchos (igual unos 20) que no se reparten porque claro, tienen clases y si mandan algunos ir por la noche, al día siguiente no estarán en condiciones de asistir a clase… ¿perdón, el comienzo de una vida asociado a las necesidades académicas de 20 desconocidos?
Hombre que te puedes negar a que estén si eres muy tímida, pero bueno, hay mujeres que lo aceptan normalmente porque en ese momento están a otra cosa y no les influye nada que las miren x personas… Que no, que ellos no van a hacer nada porque como ya se dijo, el parto es un proceso fisiológico y se ha visto que es mejor intervenir lo menos posible. Por ejemplo ya no se rasura, ni se pone enema y hombre, la vía te la ponen porque hay que meter suero glucosado, es verdad que en algunos sitios te dejan beber (comer en pocos) y que igual bebiendo y tomando caramelos y cosas ligeras con azúcar no hacía falta la vía pero claro y si pasa algo y hay que intervenir rápidamente tener la vía es una ventaja…
¿De verdad que los profesionales sanitarios piensan que plantear el tema de este modo puede servir para algo? Está claro que sirven para aleccionar, amedrentar y hacer dudar de su propio intelecto a las futuras madres, a que se vea el parto (en este caso en su fase de dilatación) como un acto peligroso. Lo que también está claro es que esta forma de trasmitir la dilatación no va a servir para facilitar la fisiología real del parto (que nada tiene que ver con no rasurar, no poner enema e intentar hacer menos cesáreas) Ni tampoco va a servir para hacer partícipes a las futuras madres de lo que podría ser uno de los acontecimientos más bonitos e importantes de su vida. Ni tampoco para facilitar el trabajo a aquellos profesionales que efectivamente lo sean y vean el parto de forma científica en la que ellos son los observadores en la distancia cercana de un acontecimiento que en la mayoría de los casos solo necesita de intimidad, un bebé con ganas de nacer y una mamá que comprende perfectamente que es lo que está sucediendo en su cuerpo. Nada más, porque si es necesario algo más en casos concretos, estos bien formados y experimentados profesionales en la fisiología del parto lo van a detectar sin grandes aparatos ni cascadas de intervenciones, porque ellos no hablan del parto fisiológico de boquilla, porque se lleve, porque sea lo políticamente correcto, sino porque las evidencias científicas así lo demuestran y ellos convencidos y bien formados actúan en consecuencia.
Está claro que esto tiene que cambiar, que somos ya muchas (aunque seguramente aún demasiado pocas) las mujeres que buscamos y encontramos información científica proveniente de organismos serios y reputados: La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad Español, sin ir más lejos. Organismos estos que avalan de forma científica la fisiología del parto, destierran el tan peligroso discurso que nos cuentan a las futuras mamás y apuestan por la no medicalización de parto, avalando nuestras peticiones de saber y de querer ser partícipes de uno de los momentos más importantes de nuestra vida donde los protagonistas son nuestros bebés.
Si eres de las mamás que en este artículo hemos llamado «controladoras» de manera cariñosa y quieres decidir que es lo mejor par ti y para tu bebé pincha en los links y lee los documentos con detenimiento. Informarnos es la mejor forma de que nadie nos infantilice:
– Estrategia de atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud. Ministerio de Sanidad Español 2007 (pdf – 1,1 Mb)
– Recomendaciones sobre la asistencia al parto. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (pdf – 49,4 kb)
– Cuidados desde el nacimiento Recomendaciones basadas en pruebas y buenas prácticas. Ministerio de Sanidad Español (pdf – 3,7 Mb)
– Conferencia Internacional sobre los medios apropiados para el nacimiento. Organización Mundial de la Salud, 1989 (pdf – 109 kb. Inglés)
8 Comentarios
Clarísimamente explicado Patricia: refleja perfectamente como te sientes ante los «profesionales» de la salud cuando estás embarazada…despues de que en la primera sesión de preparacion al parto la matrona nos dijese que, ocasionalmente, nos ponían al bebé encima tras nacer para que lo «manosearamos» un poco pero que luego lo quitaban por si se enfriaba(esta señora no sabe nada de la termorregulación del bebé en contacto piel con piel con la mamá??) decidí no volver más…llegará un momento en que no tengamos que ser nosotras las que busquemos y exijamos un trato adecuado o al menos eso espero. Un saludo
Manosearamos ¿? Que cruz…
Gracias por el comentario Yrene.
Me encanta el artículo, pero, sinceramente, no soy muy optimista. No creo que las cosas vayan a cambiar, al menos a corto y medio plazo. Ojalá. Lo que has explicado es la realidad, ni más ni menos. Y lo peor es que la mayoría lo acepta como lo normal y deseable. A veces la infantilización comienza en nosotras mismas. Saludos.
Los cambios los hacemos entre todos :) Gracias por el comentario Rosario
Me ha gustado mucho el artículo. Yo he tenido dos hijos y dos experiencias diferentes. En las clases de preparación al parto sí nos explicaron perfectamente cómo eran las contracciones, por ejemplo. En este particular estoy contenta. En cambio, los partos ya fueron otra cosa. El primero totalmente medicalizado: inducido por rotura de aguas y con muchos problemas para dilatar. Todo el proceso lo pasé tumbada en una camilla y monitorizada.
En el segundo, la cosa fue mucho mejor. Dilataba lenta, pero por mí misma. Me dejaron andar, por ejemplo, y no hay comparación entre cómo se sienten las contracciones tumbada y casi inmovilizada a poder moverte y ponerte en posiciones que te resulten cómodas. Son muchísimo más llevaderas. Realmente no entiendo cómo en los hospitales siguen empeñados en hacer de los partos «operaciones».
Como madre «controladora», que se leyó todo lo que pudo durante el embarazo y después, soy poco optimista al respecto. Lo único que juega a nuestro favor ahora, según creo es la crisis, como hay poco dinero, en el HUCA parece ser que los partos son menos medicalizados, pero simplemente por una cuestión de financiación, no de respeto a las madres y los bebés. En los centros de salud tampoco podían ir los padres, porque no tenían una ubicación que diera cabida a las mamás y los papás, ¿excusa o falta de dinero de nuevo?
En cuanto a los planes de parto, los haces con toda ilusión y según sales por la puerta, oops se le cae a la papelera al «profesional de turno». Eso por no hablar del papelito que te hacen firmar antes de bajar al paritorio, que autorizas a los susodichos «profesionales» a llevar a cabo todas las medidas que sean necesarias para salvar la vida de la madre y de la criatura (que de puro pánico y rabia, firmas, porque lo que queremos todas es salir de allí con el bebé en brazos lo más saludable posible y que incluye todo el kit del protocolo: oxitocina a raudales, enema (doy fé agosto 2007), puntos,etc)
No nos engañemos no es una prioridad y si tenemos que parir echadas es para que ellos estén cómodos sentados viendo salir al bebé, si fuera para ayudarnos a nosotras y a los bebés se pariría de pie, que la naturaleza es muy sabia y la gravedad también hace lo suyo.
Marina me alegro que la segunda vez fuera mejor, entiendo perfectamente lo que dices de la diferencia entre vivir las contracciones inmovilizada o adoptando la postura que te pide el cuerpo porque en mi primer parto tuve un momento (apenas unos minutos) de estar quieta unida al monitor y me resultó una experiencia de sufrimiento extremo (que no comprendo como se agunta sin que esa sensación te haga levantarte y arrancarte los cables) como pasé el resto de la dilatación según mis necesidades y las de mi bebé e incluso pude darme una ducha tranquila soy consciente de que no hay color. La organización mundial de la salud destaca entre las practicas que son perjudiciales o eneficaces y que debería ser eliminadas: la posición de cubito supino (tumbada) de rutina durante la dilatación y la posición rutinaria tumbada con o sin estribos durante el parto.
Creo que los profesionales tienen una gran labor por delante para hacerse oir entre sus colegas que en su mayoría llevan la vida entera obstentando unos poderes que les han sacado totalmente de la realidad del parto. Tambien creo que las mujeres tenemos mucho que decir y que exigir y es sorprendente ver como muchas no saben lo que les han hecho ni porqué varios años despues de haber dado a luz a sus hijos (ya no hablemos de los riesgos que ciertas practicas denominadas inocuas tiene para la salud de los bebés ¿como es posible que te pases todo el embarazo sin poder tomar practicamente ningún medicamento y el día del parto quieran meterte de todo y no se aduzcan riesgos para el bebé, si un medicamento baja las constantes de la madre baja las del bebé que está dentro, si otro acelera el sistema nervioso de la mamá hace lo propio con el bebé que lleva dentro etc…
Silvia creo que es dificil hacer oir tu voz en un entorno como el hospitalario y sobre todo en una situación de desventaja como en la que te encuentras cuando estás de parto, pero creo que debemos grabarnos a fuego que somos adultas y que la ley de autonomía del paciente nos asiste, que los documentos científicos están de nuestro lado y del lado de nuestros bebes (y del de los profesionales responsables), que no tenemos porqué firmar ningún consentimiento «aterrado» que implique toda la batería de acciones (otra vez la ley nos asiste a este respecto) etc…a este respecto seguramente que nuestro acompañante vaya bien curtido nos dará fuerza… Registrar un plan de parto e incluirlo dentro de la historia de la paciente es perfectamente posible (desquiciante a veces pero posible) hacer un plan de parto responsable implica una seria de averiguaciones que yo creo que te ayuda en el camino (lo que no ayuda es hacer un corta/pega de otro sin profundizar en lo que estás pidiendo eso nos vuelve a situar en desventaja) lo que hagan con el despues no es tan importante porque nosotras lo volveremos a llevar en varias copias el día del parto y esa busqueda tal vez nos ayude a evitar los miedos y las rabias para concentrarnos en conseguir nuestros objetivos: la mejor asistencia sujeta a evidencias científicas para nuestros hijos y para nosotras.
Parece ser que el cambio de el Uca tiene mas que ver con una renovación del personal mas que con la crisis (aunque no me extrañaría que el cambio de la epidural por otras drogas tenga mas que ver con eso, vete a saber), el problema parece ser tambien que todos los cambios necesitan de tiempo para que se integren verdaderamente yo si soy optimista (que remedio jaja) creo que entre todas podemos exigir y conseguir una asistencia de calidad en materia de partos porque es bueno para la salud de la mujer y porque es bueno para la salud de nuestros hijos.
[…] el que nos hacer formar parte de ese círculo vicioso que denunciábamos en el artículo “la información contra la infantilización de la mujer embarazada“. Como a pesar de conocer las practicas que son adecuadas y las que no, en la atención al […]