Los valores de una sociedad se inculcan desde la más tierna infancia, no creo que nadie dude de esa realidad. Me llama la atención -y tenía este pasado fin de semana una conversación al respecto-, la falta de valores que desde los medios audiovisuales se ofrecen a nuestros hijos. Y digo audiovisuales por que evidentemente son los que ofrecen los estímulos principales para captar su atención y potenciar su ¿educación?
Hoy en día, para ese rango de edad que va de los cuatro a los ocho años, más o menos, una edad clave en la compresión de conceptos, valores y formas varias, los niños, varones ellos tienen como referentes en sus dibujos animados a engendros como los Gormiti o los más recientes Bey Blade. Unos pasan el día peleando entre ellos para dios sabe que fines y los otros competición pura con tintes bélicos de unas peonzas mareantes que están en mano de todo niño en este país. Violencia y competitividad sin fin. Y si analizamos el 70-80% de los dibujos animados que emiten nuestras televisiones, el mensaje es el mismo. Los dibujos animados educativos o que fomenten valores positivos para nuestros pequeños se cuentan con los dedos de la mano y claro, ante el frenesí de los golpes, amputaciones y muertes varias, pues a los niños eso de la educación les aburre, claro.
Los mensajes dirigidos a las niñas no crean que son mucho mejores. Algo menos violentos eso si, pero entre princesitas y niños guapos a los que tienen que encandilar, parece que queremos perpetuar el hecho de que la mujer tiene que buscar al hombre ideal para procrear niños ideales en un entorno rosita, con brillantinas por doquier y estrellitas de colores para fomentar su ¿feminidad?
No me digan que la responsabilidad aquí es de los padres. No se lo creen ni ustedes. Si los Gormiti se ponen de moda, los sufridos padres no pueden ir contra la sociedad, el resto de los niños del colegio, del parque, de la familia, se los van a imponer si o si. La responsabilidad es de mayor calado. Aquí hablamos de principios. ¿Son estos los valores que queremos inculcar a nuestros hijos desde pequeñitos? Ellos con un palo en la mano imaginando muertes y amputaciones por doquier. Ellas, pánfilas -con perdón-, princesitas de cuento de hadas que en todo momento tienen que estar estupendas y dispuestas para su conquistador. Estos valores que muchos padres quieren eliminar a toda costa de la educación de sus hijos, nos los meten en casa, directamente, vía televisión digital, que ya somos modernos y vivimos en el siglo XXI, oigan.
Los niños se hacen mayores y claro, pasa lo que pasa. No les voy a explicar como está el mundo, quien más, quien menos ya se hace una idea. Para los más optimistas, vean este vídeo. Creado por la compañía de animación Nikodemo (la cual no voy a enlazar porque no me da la gana), y con el patrocinio del Ministerio de Industria a través de Red.es, que por cierto, al darse cuenta de su error, se han encargado rapidamente de eliminar sus huellas según nos cuentan. ¿Cultura? ¿Valores? Violaciones, zoofilia y lenguaje soez, bañado con una impresentable cancioncilla, digna de cualquier grupo musical del momento, de esos que a toda costa defiende la SGAE ya que por si mismos, por su arte, vender, lo que se dice vender, poco. Pura mierda.
Tampoco quiero entrar en muchos detalles, pero por incidir un poco más en el problema, enciendan la televisión a eso de las cuatro de la tarde. Hora en la que muchos niños pueden hacer uso del mando. Cualquier canal generalista, no busquen mucho. Quédense un rato observando y luego díganme si lo que ven es adecuado para según que niños. Y eso que hay una ley que regula los contenidos audiovisuales a según que horas. También es cierto que aquí si entra la educación en casa. Está claro que los niños no pueden ver determinados programas y los padres tienen que tenerlo meridianamente claro, el problema es que eso está reñido con los padres que gustan de alborotos, puteríos y confrontaciones en lo que comúnmente llamamos programas del corazón. ¿Programas del corazón?
Por aportar algo en este debate estéril y en contraposición con la realidad, los dibujos animados de hoy en día deberían ser un ejemplo para nuestros pequeños en términos como la igualdad de géneros y razas, paz, fomento de inquietudes varias como la lectura, las manualidades y en definitiva el aprendizaje. No estaría de más tampoco que fomentaran el cuidado por el medio ambiente, la relación con nuestros semejantes, las buenas costumbres alimentarias, el respeto por los mayores, el amor por los animales y el pensamiento crítico en términos generales de la vida. Entre otras cosas. Nos definimos con civilizados, ¿no?
¿Quién se encarga de valorar los dibujos animados que se emiten en nuestro país? ¿Qué valores tienen esas personas? Bajo mi punto de vista, son tan importantes como preocuparse por tener un buen colegio y profesor o por nuestra propia educación. Yo por ejemplo, no se quien se encarga de esta faceta educativa de nuestros hijos. Eso si, tengo claro, que no son las personas adecuadas.
Y no quiero que me tomen por «ultraconservador», que no. Tampoco por el mismo término quitando el «ultra», que tampoco. Sólo que de vez en cuando me da por pensar y claro, en ocasiones eso es bueno y en ocasiones te das cuenta de repente que hemos perdido el norte y no acabamos de encontrarnos, al menos en lo que se refiere a la televisión como modelo educativo de los más pequeños de la casa.
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