El concepto «Lean», tan de moda ahora por el auge del emprendimiento y por la difusión del libro de Eric Ries, Lean Startup, viene a decir básicamente «simplifica, adelgaza», crea con los mínimos recursos. Está bien. El método Lean Manufacturing se viene aplicando en grandes industrias y basando la reducción de gasto en: sobreproducción, tiempo de espera, transporte, exceso de procesado, inventario, movimiento, defectos, potencial humano subutilizado.
Luego está eso de la crisis. De valores sobre todo. Y de capacidad. Es fácil gestionar cuando las cosas vienen rodadas por una actividad empresarial asentada y con clientes que reconocen tu marca y están dispuestos a apostar por ella, más si cabe si los años, económicamente hablando, son de bonanza y de crecimiento. Lo que no es tan fácil es gestionar en momentos de crisis, en momentos en los que los clientes habituales te dicen que no chico, que la cosa está muy mal y tengo que empezar a recortar. Como buen gestor analizas la situación y te cubres la apuesta sin riesgos, recortas tú también. Directos al gasto.
La economía de un país viene a ser algo parecido a una gran empresa. Reduciendo al mínimo común, gastos e ingresos. Los gestores políticos de ahora, esos que dirimen nuestros destinos, han decidido, después de analizar la situación, cubrir también su apuesta, recortándonos a todos. Es lo más sencillo, al fin y al cabo solo tienes que prescindir de los eslabones más débiles… al menos hasta que tus recortes hayan acabado con los estratos más bajos y tengas que sacar la tijera para aplicar donde más duele, en tus propios recursos.
Somos los españoles una sociedad que va donde las modas le llevan. El concepto Lean está muy bien, yo mismo lo vengo aplicando toda mi vida, intentando hacer grandes cosas con la mayor contención de gasto posible, adecuándome a las posibilidades de las empresas en las que he trabajado, pero perdonen que les diga, creo que estamos adquiriendo una mala filosofía en general. En particular todo puede ser diferente, sin embargo en general no podemos permitirnos ser un país de contención de gasto, ni en lo público ni en lo privado, ya que resquebrajamos los cimientos de nuestra propia economía.
Un ejemplo. Un anuncio en cualquier periódico español. «Startup tecnológica más que prometedora, modelo testado y funcionando, gestores consolidados y de experiencia, socios de relevancia y solventes, busca inversión para crecer y desarrollar«. Esta situación en España casi con total seguridad provocará la risa en el lector, el no especializado tildando de «jetas» a los del anuncio, el especializado convencido de su autosuficiencia, raro será que repare en lo que pueda haber detrás. Fuera de nuestras fronteras la situación podría haber sido diferente, aquí se adelgaza hasta la inversión en proyectos válidos, cuando en otros sitios se apuesta con fuerza por ellos, por sus equipos.
¿A qué nos lleva esta forma de hacer «a la española»? A la fragilidad, a convertirnos en un país cuyo entramado económico y social es frágil y no puede competir con empresas de otros países porque nos hemos preocupado más de cercenar el gasto al mínimo común y nos hemos olvidado de potenciar las fórmulas de ingreso que al fin y al cabo son las que realmente crean músculo a la empresa. Pero es más fácil para un gestor recortar gasto que crear nuevas fuentes de ingresos. Ya ven, tenemos dos opciones, una seguir por el camino hecho aún a sabiendas de que se estrecha y estrecha hasta que llega el momento en el que desaparece, o bien nos armamos de los recursos adecuados y abrimos un camino monte a través cada vez más ancho para que podamos empujar todos en la misma dirección. Las dos opciones tienen su parte positiva y negativa, la primera a corto plazo permite resistir a base de ir labrando poco a poco tu propia tumba (empresarial) cuando ya no haya más de donde recortar, la segunda es un camino espinado al principio, sobre todo con los «aparejos» que tendremos a nuestra disposición en nuestro querido país, pero no olvidemos que la innovación, la inversión y la generación de nuevos modelos de ingresos son los pilares de una empresa «healthy». Ustedes verán.
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