La tecnología tiene estos días un punto muy definido en el mapa: Las Vegas. Allí se celebra CES 2014, probablemente el congreso tecnológico más importante del mundo. No es fácil seguir al detalle el mismo desde España, pero por fortuna, la misma tecnología se ha aliado con nosotros desde hace ya unos cuantos años para permitirnos ver desde la lejanía todo lo que está pasando en la mítica ciudad estadounidense estos días. Medios como Mashable, hacen un seguimiento exhaustivo de todo lo que allí acontece, para regocijo del resto del mundo. También empresas más locales y amigos se acercan hasta las Vegas estos días para contarnos todo lo que sus ojos pueden ver, es el ejemplo de Domótica DaVinci, unos habituales del sarao del oeste americano.
Sinceramente, la edición de este año me estaba resultando bastante anodina. Nos han enseñado como mejoran las pulseritas para practicar el deporte antes llamado footing, mucha tecnología «vestible» y muchos de esos relojes inteligentes que supongo tendrán hueco en el mercado, aunque dudo mucho que se puedan convertir en objetos «mainstream», tecnológicamente hablando. Las superpantallas no faltan a la cita y tampoco algún llamativo avance como el próximo panel de control del Audi TT, fantástico, no cabe duda, pero es que uno piensa que hace ya unos cuantos años que todos los fabricantes deberían haber hecho suya una línea de diseño similar, en una industria, la del automóvil, bastante inmovilista.
Así las cosas, sin nada que realmente llamara mi atención, llega hoy el anuncio por parte de la empresa estadounidense InnoVega, de su trabajo en un dúo lentillas-gafas que realmente empieza a ofrecer algo nuevo. ¿Por qué? Porque las lentillas vienen a mejorar la visión humana y digo mejorar, no corregir defectos en la visión. ¿Cómo? Pruebe a ponerse cualquier dedo a escasos centímetros del ojo y dígame lo que ve. Ya se lo digo yo, una masa opaca y difuminada sin ningún tipo de detalle. Las lentillas de InnoVega prometen aumentar la resolución de lo que vemos para, en el ejemplo anterior, poder ver nuestra huella dactilar con total detalle. Y no queda ahí la cosa, no solo mejora nuestra visión cercana, sino que permite ampliar también la visión lejana más allá de lo que un ojo normal puede ver.
Si se usan conjuntamente con las gafas (bastante feas por cierto), la experiencia es total, ya que estas superan la resolución de las Google Glasses seis veces y veinte veces el área, dándonos la sensación de estar viendo un televisor de dimensiones considerables, en el cual, como podéis comprobar en la imagen principal del artículo, se pueden desplegar múltiples ventanas de utilidades para seguir manteniendo una visión panorámica de nuestro entorno excelente.
Dicen los protagonistas del invento que tienen esperanzas en que esta tecnología pueda reemplazar al smartphone. Modestos. Llegará el día en que nos asombraremos de como podíamos llevar esos aparatos en el bolsillo tal y como ahora nos asombramos de como antes había cabinas telefónicas por doquier en todas las calles del mundo. Esperemos que los próximos días nos sigan llegando noticias tan impactantes como esta desde Las Vegas.
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