El hombre se enfrenta a un siglo clave para su supervivencia como especie. Durante cientos de años, nuestra casa -la tierra- ha sido vapuleada sin piedad por nuestra especie. Los últimos 50 o 60 años han sido determinantes en nuestra situación actual, la industrialización masiva, el incremento espectacular del consumo entre otros factores, han logrado que nuestro planeta enferme y comience a tener unas décimas de más.
La contaminación indiscriminada tiene muchos efectos sobre la tierra, el cambio climático sólo es uno de ellos. Poco a poco nos vamos encontrando con situaciones igual de acuciantes que tendremos que solventar con rapidez y eficiencia ya que el futuro de nuestro mundo esta en juego.
Los ríos distribuyen a día de hoy el 80% del agua que se consume en el mundo, son nuestras fuentes, los que sacian nuestra sed y los que nos permiten la vida, no sólo la nuestra, también la del resto de seres vivos del planeta. Todos los cauces fluviales del planeta se encuentran amenazados a día de hoy, pero el mayor de los problemas -quizá el que vemos ahora- no es que disminuye la pesca en los mismos o la falta de alguna especie autóctona, el mayor problema al que nos enfrentaremos es que el agua que beben 5.000 millones de personas podría dejar pronto de ser apta para el consumo humano.
Los datos son aportados por investigadores de The City College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y de la Universidad de Michigan (EEUU) y publicados en la revista ‘Nature‘. Las amenazas ya las conocemos; residuos agrícolas, contaminación química, especies invasoras, presas, pérdida de humedales…
En el estudio determinan que estos agentes no sólo ponen en peligro la calidad de los ríos y la salud humana, sino que amenazan al 65% de los hábitats fluviales del mundo. A pesar de todo, los investigadores reconocen que los resultados son «conservadores» debido a que no tienen suficiente información de otros factores como los compuestos farmacéuticos y los residuos de la minería. A pesar de ello, se han podido configurar mapas continentales detallando los niveles de estrés que soporta cada cauce.
El principal autor del estudio, Charles J. Vörösmarty, director del City College advierte que «no podemos seguir estudiando de forma independiente la seguridad del consumo humano y la salud de los ecosistemas de forma independiente… Necesitamos unir ambas cosas. La herramienta que hemos creado permite ponerlos a jugar en el mismo campo«. No podemos dejar que nuestros rios mueran, nosotros iremos detrás.
Más información en vooLive.net: Nuestros ecosistemas de agua dulce se mueren – Los ríos de España – Foro mundial del agua en Estambul
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