Los que por su naturaleza optimista o por su interés estratégico han huido de calificativos o simplemente de llamar a las cosas por su nombre, supongo que verán con cierto desasosiego como ser el cuarto banco de inversiones de Estados Unidos o sus 158 años de historia, de poco han valido a Lehman Brothers para evitar su quiebra.
Las consecuencias para el mercado económico mundial no se harán esperar, ya que los bancos y las cajas, encargadas en gran medida de dinamizar la economía en forma de prestamos y créditos se van a ver sin duda afectadas por este hecho y trasladarán al mercado la inestabilidad económica, que lejos de estabilizarse sigue creciendo por momentos. Para paliar en cierta medida este efecto en cadena e intentar que el desplome bursátil sea épico, el BCE intenta calmar los mercados con una inyección de 30.000 millones de euros, mientras Wall Street lucha por sobrevivir a la crisis.
Mientras tanto Bank of America compra Merrill Lynch por 31.000 millones, en un movimiento obligado por la asfixiante situación de este último y que producirá su consolidación como el gigante más grande del mundo tras la operación.
Malos tiempos para la lírica y sobre todo para la economía.
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