En realidad no quiero decir lo que digo. Cuando quieres algo, cuando proyectas algo, correr será seguramente la mejor opción, pero con cabeza. ¿Se acuerdan del anuncio aquel que decía: «La potencia sin control no sirve de nada»? A eso me refiero. Cuando las prisas apremian, en mercados tan sumamente competitivos como el que vivimos en la actualidad, se tiende a correr sin control, superando con creces las propias capacidades de personas o empresas, cuyo único objetivo es hacerlo ya. Cueste lo que cueste.
Lo contrario tampoco es bueno. Si te tomas las cosas con demasiada calma, evidentemente te pasarán por delante y por detrás. Es una opción a desechar. La clave está en correr, en correr a la velocidad adecuada. ¿Y cuál es esa velocidad? Pues depende claro de cada uno, de sus fuerzas, de su capacidad organizativa y de gestión, de su talento, de su organización. Depende de muchas cosas.
Hoy en día salir al mercado con un producto poco masticado es un riesgo, incluso para los que están en lo más alto. Miren un ejemplo. Apple en su política de cambios «cada dos por tres» nos ha colado un nuevo sistema operativo para nuestros iPhone`s y iPad`s, el ya conocido iOS6 que está recibiendo a base de bien. El mejor sistema operativo del mundo móvil, como ellos mismos lo llaman, no sólo obvió a iPhones 3G y iPads de primera generación, tienes que tener un móvil 4S o 5 para llevártelo con todas las de la ley. Por debajo de ellos, el mismo iPhone 4 no da para disponer de todas sus nuevas funcionalidades. No es lo peor, lo peor es la tremenda cagada, con perdón, con los mapas. Ya saben de ello supongo. Eso si, lo de estos tipos y el marketing es algo sin igual. Salen a la palestra, piden perdón y las masas les aclaman. Vale, pero ¿y mis mapas? Luego está la cosa de la batería, ya no es lo que era con iOS5. Y la App Store… ¿qué quieren que les diga de la App Store? Podría seguir.
Evidentemente para Apple, en su posición, todas las críticas por estas y más cosas son un pequeño grano en el culo y no debería pasar de ahí. Han demostrado en el pasado como solventar pequeños problemas y hacer que parezcan grandes soluciones. Veremos. La cuestión es si su empresa, cualquier empresa mundana que tenga cierta cuota de mercado se habría podido permitir similares deslices en su producto. Corrieron demasiado y se la han pegado.
Los tiempos están muy mal, pero midan su velocidad. Ni se queden cortos, ni las prisas les nublen el camino. Busquen ustedes su propia velocidad de crucero, busquen hacer las cosas bien y sus clientes les premiaran.
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