Dirán ustedes que todavía estoy muy sensibilizado con estas cosas del parto, pero las cosas que he visto y oído en el último año y pico, me han producido tal perplejidad que aquí sigo con estos temas. Nada de todo lo que he visto y oído, me ha dejado tan estupefacto como esto que les cuento.
Los hechos son: «Javier Server Gosalvez, Ginecólogo dibujante«, como lo presentan en la Gaceta Electrónica número 36 de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), «se incorpora a nuestra Gaceta aportando sus mordaces y apreciadas viñetas«. Luego sigo con los hechos, antes un inciso. Recordar que la Gaceta esta, no es un medio de comunicación que tenga que ofrecer su producto al público, sea este el que sea, para vender ejemplares y afianzar el negocio. Les digo esto porque las «apreciadas» viñetas de este señor, quizá en un medio como El Jueves o similar tendrían su gracia para aquel público que se la pudiera encontrar, si es que lo hay, pero bueno, decisión de negocio, allá cada cual.
La Gaceta Electrónica de la SEGO es el medio escrito y oficial que se ofrece a todos los profesionales de ginecología y obstetricia españoles para ampliar su información, para difundir sus noticias y acontecimientos y sobre todo para mantener una vía corriente de difusión de las mejoras en las buenas prácticas de tan noble oficio.
El caso es que volviendo a los hechos, este medio escrito y oficial acepta que un tipo con un más que dudoso gusto, por mucho que ellos valoren su trabajo de dibujante como algo muy apreciado, ridiculice y ofenda a partes iguales al sexo femenino de este país. Y lo hace además de muchas maneras.
La primera caricaturizando a las parturientas mujeres (en general) de gordas, feas y repugnantes, salvándose sólo para el plumilla, aquellas tipo cañón a las que, al parecer de estos tipos, da gusto hacer y deshacer por sus bajos. El enfoque a primera vista, insisto, publicado en un boletín oficial, es de tan bajo nivel ético y de un gusto tan zafio, que simplemente por ello, clama al cielo que se hayan publicado.
La segunda es que, esta profesión demuestra una vez más que buena parte de sus practicantes son seres del paleolítico que se niegan a valorar nuevas técnicas en el parto, o simplemente se niegan a implantar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Se ríen de las dolencias de las mujeres de avanzada edad después de haber tenido varios partos vaginales, retratan a las mujeres en su gaceta como ciudadanas de segunda, incultas, analfabetas, tontas…, se mofan de la necesidad de los consentimientos informados. Se ríen de la estrategia de la OMS para ofrecer partos menos intervenidos y de los datos que esta aporta para recomendar dicha cosa. Se ofrece una visión de la mujer parturienta similar a de un objeto que ellos manipulan a su antojo, como sujeto totalmente pasivo, negando en todo momento el hecho de que el parto es un acto biológico y normal, no una enfermedad a tratar, en el que los protagonistas son la mujer y su bebe.
Todo ello con el objeto de seguir concienciando a sus adeptos que su labor profesional en estos casos es en todo momento intervencionista y en ningún momento asistencial.
Tercera. Quizá la más importante. La falta de empatía de este colectivo hacia sus pacientes. Por delante debería ir el respecto hacia las personas que bajo su responsabilidad acuden a cualquier hospital de este país a parir. Pero ese respecto, como ya hemos hablado muchas veces aquí, brilla por su ausencia en la manera en la que muchos de estos «profesionales» tratan a las mujeres parturientas y quizá ahí radique el problema. Caricaturas como las que se han distribuido en esta Gaceta, sólo hacen que reforzar las posturas de los más inmovilistas, a la vez que bajo el paraguas del humor supongo que tratan de captar más adeptos a su causa.
Como hombre, padre, marido y participante de muchas charlas sobre el parto, en las que he visto y oído casi de todo, no me queda otra palabra que resuma mi sentimiento por este caso que «vergüenza». Vergüenza porque si algún «apreciado» pediatra dibujante se le ocurriera reírse de una enfermedad o malformación de un niño en una viñeta, sería apedreado por sus propios colegas y no digamos por la sociedad. ¿Y si el objeto de las burlas y sinsentidos fuera el miembro (sexual) masculino…?
Esto no es cosa de feministas desaforadas como he podido leer por ahí. La cosa es bien diferente, se trata de sentido común, sentido que al parecer falta en los máximos responsables de todos los ginecólogos y obstetras de España. ¿Qué se puede esperar de su servicio en estas condiciones?
Por último pedirles perdón por no mostrar ninguna viñeta, pero me niego totalmente a ofrecer la visión de este señor y de la SEGO en general en este medio. En la sección más información (pinchando en el post si lo ven desde la página principal o desde un lector de RSS) tienen el enlace para verlas y una recopilación de toda la información aparecida en medios hasta el momento.
9 Comentarios
Estoy totalmente segura que si esto pasa en el boletín de la asociación española de pediatría, o en cualquier otra disciplina médica no habría medio de comunicación que no lo recogiera, el colectivo pediría disculpas y se dejaría de publicar de inmediato. Es mas, durante un tiempo se miraría con lupa y tendrían demostrar muy mucho su buen hacer en el ejercicio diario de su trabajo que en el caso de los ginecologos al final es lo que lleva muchos años en entredicho.
No entiendo pq razón esta gente se puede pasar por el forro las recomendaciones de la OMS o del mismo ministerio de Sanidad. Las viñetas son la forma de un fondo mucho mas importante y que estos «señores» han puesto de manifiesto ellos mismos tildando de humor la pura desvergënza y esa visión retrógrada de las mujeres y de sus dolencias o simplemente su capacidad de traer niños al mundo.
Veremos si la reacción hace que pidan disculpas y/o retiren la publicación o finalmente se quedará en nada. Y lo mas importante para cuando la sociedad española dejará de ver los partos como un trámite y se exigirá rigor científico, profesioalidad y respeto para las mujeres.
Joder cómo está el patio. Hay que aprender a reírse de uno mismo, que es hasta saludable… Y lo dice una persona que ha sido padre y está esperando otro bebé… La verdad es que me he reído un rato con las tiras. Muchas gracias por descubrirme a un buen cómico…
Pues te diría @Flipando que las tiras podrían tener su gracia, aunque yo personalmente no lo entienda, si estas no se publicaran en un boletin oficial de una profesión que tiene por decreto despreciar y reírse de sus propios pacientes. Espero que en tu anterior experiencia como padre y en la siguiente, tu mujer y tus hijos no hayan o tengan que soportar a un tipo que para hacer más cómodo su trabajo, corta por defecto para facilitar la salida, o inyecta oxitocina por defecto para acelerar el parto sin motivo, o aplasta la cabeza de los bebes con la famosa maniobra de ponerse encima y empujar con el brazo, o utiliza un forceps para acabar rápido con riesgo de deformar la cabeza del bebe o similares.
Repito, un parto no es una intervención, no es una enfermedad, sólo se necesita asistencia y las prácticas agresivas están para los momentos en los que realmente son necesarias (algunas de las anteriores no lo son nunca), pero para entender eso, te recomendaría que leyeras algo de la asociación El Parto es Nuestro, donde padres y madres reivindican una ASISTENCIA médica tal y como debería ser hoy en día, tal y como es en otros países más civilizados que el nuestro en esta materia.
El problema de las viñetas, es su inclusión en un boletín oficial y el refuerzo de la postura de estos médicos en contra de todo lo que hoy en día es normal (infórmate de como paren en UK o en Holanda por ejemplo, país este último en el que lo normal es hacerlo en casa con ayuda de la matrona, subvencionado por el estado y donde si quieres ir al hospital sin ser diagnosticado como parto de riesgo tendrías que pagar). El problema es que se siguen riendo de lo que las madres quieren y necesitan y te puedo asegurar (espero que a tu mujer ni le haya pasado ni le pase con el siguiente) he conocido muchas mujeres con importantes lesiones físicas y/o psicológicas producidas por esta forma de intervenir en los partos.
Efectivamente debemos aprender a reírnos de nosotros mismos, también debemos aprender a informarnos y valorar cuales son las mejores formas de traer un niño al mundo, comprender el stress y los daños físicos que se le pueden producir y valorar a nuestras parejas de la misma manera.
Gracias por el comentario
Flipando vuelvo al mi comentario ¿Si la asociación española de pediatría publicara unas viñetas humoristicas con la temática de los niños que tienen deformada la cabeza, o los que tienen manchas de nacimiento o sobre las consultas del estreñimiento y las tiras cómicas (insisto en el boletín oficial de la asociación de pediatras) dijeran algo como «Señor eso no es un problema ¿se ha mirado usted la cabeza?» o «Desde luego esa mancha taparía el sol!!!» o «espere que buscamos» sacando sólo el culete de la niña/o y mostrando al pediatra con dedazos…. Suena diferente o te sigue haciendo la misma gracia y te parece que hay que saber reirse de uno mismo.
Personalizo diciendo que yo he tenido muy buenos partos porque estaba bien informada y he exigido mi derecho a una asistencia de calidad pero como mujer se me encoje el estomágo con las historias de muchas mujeres y me da absoluto asco que dentro de un colectivo que está a nuestro servicio se publiquen ese tipo gracietas, me parece lamentable, me parece que con las mujeres muchas veces da la sensación de que vale todo.
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Tenemos las mujeres la desgracia de vivir en un país en el que tienes que dar explicaciones a los médicos de porqué no deben mofarse de sus pacientes. No es sólo que nos ridiculizan y ningunean en consultas y paritorios, es que además tenemos que callarnos ante la publicación de nuestras caricaturas en su gaceta. No creo que esto pasase de los pirineos arriba, es que tampoco creo que pasase del estrecho para abajo…estoy anonadada y no salgo de mi asombro desde hace varios días. ¿Se disculpan? No, no lo han hecho en 4 días y visto que les defienden tanto desde algunos sectores desinformados y desconcienciados de lo que ocurre, pues… el optimismo no me da para más.
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