¡Qué sensación de pérdida! En tiempos en los que todo lo que necesitamos está a la vuelta de la esquina, en un supermercado o en otro, en tiempos en los que estamos acostumbrados a gastar lo que tenemos y lo que no, el mensaje que enviamos a nuestros niños es que todo se soluciona con dinero. ¿Dónde han quedado nuestras habilidades, nuestra imaginación y nuestra capacidad de generar cosas útiles o divertidas con lo que ya tenemos? ¿Por qué reina el consumismo desaforado ante la maravillosa sensación de crear por nosotros mismos?
Recuerdo las manualidades que me enseñaban en la escuela y veo las que ahora traen nuestros hijos a casa. En todas ellas se impregna la esencia de lo artístico; el dibujo, el cuadro, el collage, la florecita y que se yo cuantas cosas más. Bonitas sin duda. Estupendas para aprender a dibujar, a pintar e incluso a escribir, pero, ¿no echan ustedes en falta algo? Hay algo que a nosotros, cuando éramos niños, no nos enseñaron y siguen sin hacerlo con nuestros hijos.
Ciencia. Esa es la palabra. Pero ciencia aplicada al movimiento, a la geometría para ofrecernos mil y una formas, al magnetismo para crear generadores caseros… Eso es lo que nos hemos perdido y lo que siguen perdiéndose nuestros hijos. Algunos de ustedes dirán: ¡vaya pérdida! ¡vaya tostón! Permítanme decirles que se equivocan.
La ciencia mueve el mundo. Está a nuestro alrededor aunque no la comprendamos. No hablo aquí del Gran Colisionador de Hadrones ni de eruditos experimentos genéticos para sintetizar nuestro genoma. Hablo de las leyes básicas de la ciencia aplicadas a nuestra vida.
Arvind Gupta es un tipo de origen Indio que hace mucho tiempo entendió que los niños de su país estaban huérfanos de imaginación para jugar. Un buen día cogió sus maletas y colegio tras colegio, desde los más marginales hasta los más exclusivos, fue enseñando como aplicar simples conceptos científicos para que los niños se divirtieran creándose sus propios juguetes. El resultado lo pueden ver su sencilla web «libros y juguetes«. En ella tienen mil y un ejemplos de sencillas y divertidas ocurrencias que hacer con cosas que en su gran mayoría todos tenemos en casa. Cosas útiles que sirven para desarrollar la imaginación creando con nuestras propias manos y por otro lado también sirven para jugar con nuestras propias creaciones. Un DIY (Do it yourself) en toda regla.
Anímense, vean este vídeo (Conferencias TED con subtítulos en español). Necesitamos muchos Arving Gupta en nuestras vidas que empiecen a dar sentido a nuestra realidad. Al fin y al cabo, ¿qué es más divertido, crear nuestro propio lanzador de misiles con papel o ir a comprar la última chorrada al ToysRus o similar y que acabará en dos semanas en la basura? Ustedes deciden.
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