Con la resaca de unas de las elecciones más apasionantes de nuestra historia, por aquello de que el pueblo ha querido participar y tomar la palabra, me gustaría tener respuestas a las muchas preguntas que tantos y tantas nos hacemos a día de hoy. Son las paradojas electorales que supongo tienen difícil respuesta, pero como nos hemos acostumbrado a reflexionar, aquí las recojo como un buen ejercicio para empezar la semana.
1. Votos. Siempre me ha llamado la atención que los participantes de este «sarao» se puedan votar a si mismos. No suele ser lo habitual permitir a los propios implicados tomar partido por si mismo en otras lanzas. Me parece curioso ver la foto del político de turno metiendo la papeleta en la urna. ¿A quién votarán?
2. Más votos. Conozco el porqué pero no me convence. ¿Porqué un voto emitido en el País Vasco o en Cataluña tiene diferente valor que otro emitido en Asturias o en Extremadura? ¿Ciudadanos de primera y de segunda?
3. ¿A quién voto? Cuando un partido político sube al poder, sea donde sea, no es el «fulano» de turno el que se encarga de tomar las mil y un decisiones a través de los cuatro años de legislatura. Este designa a sus colaboradores más cercanos, ministros allá en moncloa, para que entre todo el equipo ejecutivo trabajen y tomen decisiones. ¿Por qué entonces sólo votamos a una persona en la elecciones? ¿Por qué ese equipo no está creado con antelación para saber quien dirimirá nuestros destinos?
4. ¿Por qué nadie es capaz de explicar en cuatro líneas lo que supone votar en blanco, emitir un voto nulo o abstenerse? La complicación de la forma de escrutinio hacer realmente difícil esto, sobre todo cuando efectuar alguna de estas acciones puede beneficiar al partido mejor colocado, cuando lo que realmente puede querer el votante es el efecto contrario. ¿Desinformación?
5. Impunidad de palabra. Debates, mítines y demás nos dejan mil y una promesas sobre lo que va a hacer uno u otro si el ciudadano confía en su partido para gobernar. Gobiernan y las palabras las lleva el viento. Si los partidos políticos basan su llegada al poder en convencer a los ciudadanos a base de estas promesas, ¿por qué no son vinculantes?
6. Imputados. ¿Es lícito que un partido político se presente a unas elecciones con imputados? y vamos un poco más alla, ¿es lícito que personas imputadas se presenten a unas elecciones? Pues parece ser que si, ya que además es posible que incluso lleguen a gobernar.
¿Seguimos? Ustedes tienen la palabra. Expresen sus inquietudes, sus dudas, sus paradojas para reflexionar en cualquier foro a su alcance, desde el parque a las redes sociales, desde la barra de bar a los comentarios en los medios de comunicación. Expresen sus dudas, sus inquietudes, denuncien lo que crean que no es correcto, utilicen la democracia en todos sus términos, revivan el espíritu del 15M.
1 Comentario
Voto blanco: meter el sobre vacío. Voto nulo: marcar mas de una opción, introducir papeleta rota o deteriorada. Abstención: no ir a votar.
A mi lo que no me entra en la cabeza es porqué hacer voto nulo o voto en blanco, decir que no te gusta la forma de hacer política, que no te sientes representada por ningún partido existente favorece a los partidos mayoritarios (si es que lo he entendido bien) eso si que me parece de locos!
Acabo de leer que si se suman los votos en blanco y los nulos saldría la cuarta fuerza política mas votada (y eso sin contar lo que se han abstenido por la misma razón)