Leo, veo y observo que la sociedad en general teme el rescate de nuestra resquebraja economía por aquello de las condiciones que la Merkel imponga para otorgar el dinero, por los sacrificios y eso, que se vende por aquí. Hay muchos intereses en juego y los medios juegan al gato y al ratón con las vueltas de tuerca gramaticales de nuestro presidente. «No» dijo, para luego acabar con una broma a la gallega que santa gracia le hará a él, supongo: «Caben dos posibilidades, que Reuters tenga mejor información que yo, lo cual es muy posible. O puede que no«.
A mi no me da mucho miedo así a priori el rescate. Me da bastante más miedo la situación que nos ha llevado hasta él. Mejor dicho, las situaciones. La economía del pelotazo lleva instaurada en este país quince o veinte años, destronando a la menos atractiva economía del esfuerzo y la constancia. Así están los precios a día de hoy y así están los bolsillos de buena parte de los españoles. Con la economía del pelotazo, llegó también la política del pelotazo. En realidad son indisolubles y más en situación de poder y más (perdonen la reiteración) en largos periodos de tiempo. No me hagan hablar de como está el levante español, por poner un ejemplo y sin que se me ofenda nadie. Allí quien no corrió… voló. Y con permiso de sus ciudadanos, oigan, que legislatura tras legislatura les refrendaban en las urnas. Ver para creer.
También me da más miedo que el rescate, las medidas que se están tomando para paliar nuestros males. Permítanme una analogía familiar. Pónganse en el caso de Padre y Madre trabajadores con dos hijos. Los dos trabajadores. Traen a casa limpios 3.000 euros al mes. Sus gastos (habituales) 2.100. Un día cualquiera, una causalidad cósmica, un terrible destino les lleva a los dos a quedarse sin trabajo, solo uno tiene derecho a paro. Actualización de los ingresos familiares: 1.200 euros. Gastos: 2.100 euros.
¿Y ahora que hacemos? Se preguntan. Recortar gastos, claro, se responden. Y se ponen a ello. No creo que haga falta decir que ni por asomo lo primero que se quitan de en medio es la escuela de los niños, o darse de baja de la seguridad social en un claro intento de suicidio familiar por falta de coberturas de paro y médicas. No, primero van a lo superfluo. Menos salidas, menos ropa, menos caprichos, apretarse el cinturón que se le llama de toda la vida. Una vez apretado, actualización de los ingresos familiares: 1.200 euros. Gastos: 1.500 euros.
Nervios. La hipoteca, la cuota del coche y un crédito para no me acuerdo que, son insalvables a priori. Comer, luz, gas y esas cosas dejan la cifra en 1.500 euros. Ya está, no salimos más a comer fuera. Actualización de ingresos familiares: 1.200 euros. Gastos: 1.400. No vale. ¿Y ahora que hacemos? ¿Renegociamos la hipoteca? ¿Intentamos juntar las deudas, para pagar mucho más, pero en más tiempo?
Yo no quiero meterme en sus asuntos, pero si me permiten un consejo, está muy bien lo de los gastos y apruebo enormemente que hayan valorado en mucho la educación de sus hijos y la sanidad para no suprimirlas o menguarlas, pero en lo que realmente me centraría yo es en incrementar los ingresos. Lo de la hipoteca está crudo, les tienen agarrados por ahí. Y el coche pues es necesario en principio. Así que vamos a plantearnos como cubrir esos gastos. Tenemos dos opciones. Una, seguimos la vía tradicional, buscamos un trabajo remunerado como los anteriores. Dos, creamos nuestro propio trabajo. Ustedes deciden, ustedes se conocen mejor. Pero no pierdan ni un minuto. Ese es mi consejo.
Y de la familia al estado. Les decía que no temía especialmente al rescate, porque creo profundamente que no hemos hecho las cosas bien y seguimos sin hacerlas. Este país tiene una pobre educación. Este país tiene unos cimientos empresariales débiles. En este país no se invierte en tecnología, ni en investigación, ni en desarrollo, ni en ciencia, ni en nada que pueda suponer ingresos a medio o largo plazo. Eso queda muy lejos. También es cierto que el gasto se puede reducir y hay que hacerlo, lo que no es menos cierto es que hemos empezado a reducirlo por donde no se debería ni tocar. Miren a sus autonomías. Miren… no me tiren de la lengua.
Temo que llegue el rescate y nos suceda como a Grecia y a Portugal. ¿De qué sirve tener más dinero cuando ganas 1.000 y gastas 2.000? Un poco de oxígeno, unas exhalaciones más de felicidad para encontrarnos al final con la misma mierda, un país mediocremente educado que no conoce el espíritu emprendedor y en el cual es más que complicado crear y construir más allá del servicio del pelotazo. Eso es lo que tenemos ahora y eso es lo que tendremos después del rescate. A no ser que nos pongamos manos a la obra a dar la vuelta a nuestra economía de verdad, a pelear por el ingreso y controlar el gasto, no a eliminar el gasto y ya vendrán los ingresos. Pensamientos por otra parte muy «Made in Spain».
Sin Comentarios