Internet es una maravillosa herramienta que ha cambiado nuestra forma de comunicarnos, de expresarnos, de interrelacionarnos y nuestra forma de acceso a la información. Todos la usamos, pero no todos comparten la forma en la que actualmente se regula la red. En los últimos años, el poder se ha ido descentralizando a medida que más y más ciudadanos accedían libremente a opiniones e informaciónes «diferentes». Los canales de distribución de la información ya no son unidireccionales y la propia información se ha vuelto más completa, con más aportaciones y sobre todo más plural.
Ya no vemos lo que quieren que veamos. Ya no leemos lo que quieren que leamos. Ya no oímos lo que quieren que oigamos. Ahora cada uno de nosotros tiene la libertad de elegir que ver, leer o escuchar y en función de ello, formar sus propios criterios o llegar a sus propias conclusiones. Conclusiones que antes venían dadas y ahora se conforman gracias a la interconexión social de todos los ciudadanos del mundo. Somos al fin, cada uno de nosotros, globales. Tenemos al fin acceso a todo lo que necesitamos, independientemente de lo cerca o lejos que se genere la información.
Gobiernos e industrias encargadas de ofrecer su visión sobre las cosas llevan tiempo intentando acotar la libertad de las personas en la red. No conviene en determinados círculos semejante descentralización del poder y por ello se afanan constantemente en cercenar las libertades de todos con prejuicios y paradigmas de otro tiempo.
Este próximo mes de diciembre en concreto se celebrarán reuniones gubernamentales a puerta cerrada con el objeto de buscar formas de controlar el flujo de información y opinión que se conforma en Internet, formas de ejercer la censura en la primera herramienta creada por y para los ciudadanos. Empresas como Google están en contra y realizan acciones para frenar y deslegitimizar estos intentos. La última «Take Action» busca apoyos en forma de firmas para garantizar la independencia de la red: «Un mundo libre y sin restricciones depende de una Web libre y sin límites. Los gobiernos no deberían determinar el futuro de Internet de forma independiente. Se debería tener en cuenta la opinión de los miles de millones de usuarios de todo el mundo que utilizan Internet, así como la de los expertos que han creado la red y la mantienen«.
Yo apoyo una red libre de intereses gubernamentales e industriales, yo apoyo una red libre y sin censura amparada por supuesto por leyes que garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y penalicen la delincuencia y los actos que traspasen la legalidad de cada país, no apoyo una red en la que nuestros actos estén condicionados a los intereses de determinados lobbies o industrias que a toda costa quieren mantener su hegemonía económica intentando que los avances tecnológicos se adapten a sus ancestrales modos de hacer las cosas y negando el cambio tecnológico y social que se está consolidando en el mundo gracias al mejor invento social de la humanidad. Si piensas igual, apoya con tu firma y no permitas que volvamos dos décadas atrás en lo que sería una de las incongruencias más estúpidas de nuestra historia reciente. #freeandopen.
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