A todos nos pasa de vez en cuando o a menudo, nos suelen llegar momentos en los que no damos para mas. Lo que no es profesional queda en un segundo margen y lo que si que lo es también queda momentáneamente aparcado por algún proyecto específico que requiere de toda nuestra atención. No les hablo de mucho trabajo, les hablo de momentos realmente absorbente, de irte a la cama cavilando el asunto y levantarte con alguna nueva idea para darle forma o transformarlo.
Así se encuentra un servidor que intenta no dejar de lado sus quehaceres más habituales, del tipo mantenerse medianamente informado y poder escribir algunas líneas en su blog. El caso es que faltando tiempo para todo y no renunciando a los quehaceres domésticos, que al fin y al cabo son lo más importante en esta vida, echa mano uno de todas las herramientas a su disposición para facilitar las tareas en las que se ve inmerso. Outlook, gracias a la sincronización con aparatos móviles sigue siendo el rey para mi en cuanto a agenda profesional se refiere, pero ¿y la información? ¿Dejamos de leer artículos interesantes en estos momentos? No, por favor.
Para estos menesteres yo era de los habituales a Instapaper, un magnífico sistema para postergar la lectura de cualquier artículo que nos encontremos por la web. Solo hay que dejarlo allí para cuando tengamos un poco más de tiempo y leerlo cómodamente a través de cualquiera de los aparatos que hoy en día tenemos a nuestra disposición. Y he dicho «era» porque hace unos días le he puesto un sustituto, que no es otro que Pocket, el servicio anteriormente llamado Read it Later y que ha sufrido una profunda remodelación visual.
Navegue por donde navegue, si algo me interesa y no tengo tiempo de leerlo, lo envío ahora a Pocket para su lectura posterior. Si bien la navegación web y su lectura es buena, la del iPhone es mejor y la aplicación desarrollada para iPad es una autentica maravilla que facilita la lectura desde múltiples fuentes.
Hasta aquí todo perfecto. Momentos de mucho trabajo, poco tiempo, una herramienta de fácil uso, muy útil y a la vez con un diseño y usabilidad que agradan al lector ocasional o más permanente. ¿Dónde está el problema? En que me estoy convirtiendo en un lector procrastinador. Pocket tiene ya unas decenas de artículos en su base de datos y no encuentro el momento de leerlos, siempre hay algo que hacer. Antes los hubiese devorado al instante, ahora los guardo y pasan los días sin que llegue el momento de disfrutar de ellos.
Es sintomático el asunto y me lleva a pensar un poco en ello. Necesitamos herramientas y soportes para facilitarnos la vida, pero en estos tiempos, nos falta precisamente eso, tiempo hasta para disfrutar de las herramientas que vienen a facilitarnos la vida. Y lo peor de todo es que ahora con los recortes de los viernes, cualquier día, nos encontramos con que nuestra vida se ha convertido en un binomio cercano al «trabajar y dormir». Que disfruten ustedes del poco tiempo libre que tengan. Y agradecidos. Vamos hombre…
3 Comentarios
Sugerencia: Llévalos cuando vayas al baño :-)
Es una opción ;) Gracias por el comentario Miriam
Excelente artículo! Dejar algo para leer más tarde es lo peor que podemos hacer. Así se pueden seguir acumulando libros toda la vida :(.
Comparto con ustedes una guía anti-procrastinación muy completa: http://pavlinaenespanol.com/guias/como-vencer-la-procrastinacion/
Saludos!