Es difícil definir la sensación que tiene la ciudadanía en este país, evidentemente de una forma genérica claro, porque opiniones y situaciones como los colores, para todos los gustos. Sin embargo si podríamos afirmar sin mucho miedo a equivocarnos que en el entorno empresarial, hay algo más que inquietud al ver como las peores previsiones posibles que había hace un par de años sobre nuestra situación económica, no sólo no se están cumpliendo, sino que se están superando.
Casos hay miles. Empresas con pingues beneficios que ven como estos se reducen de manera salvaje o incluso entran en pérdidas, empresas que tienen que redoblar, triplicar o cuadruplicar sus esfuerzos para mantener su cuenta PyG saneada, empresas que incluso pueden estar teniendo más beneficios dentro de este entorno de crisis en el que nos movemos… Pero si hay alguien que en este país lo este pasando realmente mal, ese es el pequeño empresario, incapaz en muchos casos de mantener el negocio por la carencia de un colchón suficiente para afrontar estos años difíciles que estamos viviendo. El pequeño empresario que no olvidemos es de vital importancia para la economía de este país por su número y por la cantidad de sectores que sustenta.
En el entorno personal o familiar, los grupillos de calle cantan. Se habla, se opina, se pregunta… El miedo ronda a quien tiene trabajo, la desesperación se agarra a los que ya lo han perdido y la tragedia se masca en los que por tiempo acaban las ayudas sociales sin encontrar otro puesto de trabajo.
Los sindicatos… que decir de los sindicados. Tengo el convencimiento de que bajo la misma situación pero con un gobierno de derechas, con casi total seguridad, este país habría tenido ya alguna huelga general o al menos la presión para que se tomen medidas, bien distinta sería. Inmovilismo y lo que es más preocupante, falta de propuestas que apoyen y empujen al gobierno en el área laboral. Que alguien me recuerde por favor las funciones de los sindicatos.
Y ayer… dos personas, dos líderes políticos, los dos partidos mayoritarios de este país, se reúnen para poner soluciones al asunto, o para enviar un mensaje de tranquilidad al mercado y a la población y el único acuerdo posible es el agilizar la fusión de las cajas. Sale uno, presidente él, incapaz de ofrecer soluciones hasta el momento y lanzando mensajes de optimismo que ni el mismo cree. Sale otro, opositor él, incapaz de apoyar y empujar a nuestro país desde su posición y se dedica a enviar mensajes catastrofistas, en las antípodas del discurso anterior.
Sólo tengo una frase para los dos: que se vayan a… (admito sugerencias y algún taco que otro por vez primera ;)
Más información: Zapatero y Rajoy, incapaces de dar una imagen de unidad
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