Lo confieso, necesitaba desintoxicarme un par de días de mi ordenador. No tengo nada contra él, más bien al contrario, pero a los que trabajamos en Internet y llegamos a casa para seguir conectados en ocupaciones mil, nos llega un momento en el que la cabeza no da para mas y hace falta desconectar.
El sábado por la mañana, después de un momento de duda, me despedí de mi ordenador con la intención de no entrar en la red al menos durante el resto del fin de semana. Y aquí me tienen de nuevo, sin acabar de cumplir del todo mi propósito, pero orgulloso de descubrir que se puede vivir dos días sin Internet.
Eso si, no puedo negar que hubiera pagado por poder leer la prensa digital, los blogs que sigo habitualmente y por supuesto conocer que erá de mis «amigos» de facebook. Sin embargo, de vez en cuando hay que levantar la vista del monitor y mirar las maravillas que tenemos ante nosotros. Por cierto, es mi imaginación o esas rocas se parecen a algo…
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