El caso de Christian van der Henst ha supuesto un toque de atención para todos aquellos que nos movemos más o menos frecuentemente por el ciberespacio. No ha sido el primero ni evidentemente será el último, pero en nuestra tendencia a acordarnos de los hechos más recientes y/o notorios, hoy hemos visto con preocupación que cualquiera puede ser accesible a un ataque para atentar contra su identidad digital.
Nadie está a salvo hoy en día de perder una cuenta de correo, de que accedan a tu blog o página web o llegados a casos más extremos como el de Christian, que te birlen los dominios que tenías registrados o que se hagan con el control de tu perfil de facebook por ejemplo.
La mejor norma de seguridad en la red y en la vida real es el propio sentido común, pero no está de más tener en cuenta o recordar unas simples nociones básicas que pueden hacer más difícil la vida al ciberatracador.
– Nunca, nunca, nunca reveles tus contraseñas a nadie.
– Crea contraseñas difíciles de recordar, nunca pongas fechas, aniversarios, nombres y en general palabras sencillas. Cuanto más sencilla de recordar para ti sea una contraseña, más fácil será de descubrir. Crea contraseñas con letras, números y símbolos aleatorios, preferentemente de más de 8 caracteres.
– No guardes tus contraseñas en lugar físico, ni en papel, ni en ordenador. Memorízalas en lo posible. Si te roban el ordenador y acceden a tu fichero de contraseñas estás perdido. Si te roban en casa y acceden a tus notas, estás igualmente perdido.
– Intenta tener una contraseña para cada sitio que te registres, si no es posible, al menos valora la importancia de cada sitio. El banco tiene que tener una contraseña única, el correo electrónico otra, las redes sociales otra/s, tus registros en tiendas virtuales otra/s.
– Cambia periódicamente tus claves importantes. Y cuidado al teclearlas delante de la gente. Pide que se respete tu intimidad incluso con personas de mucha confianza. Igual que no te mirarían cuando tecleas en un cajero del banco la contraseña, pide el mismo respeto para Internet.
– Intenta mantener a salvo tus documentos importantes y las referencias a determinados sitios web. Encripta todo el contenido que consideres importante o susceptible de dejar pistas sobre tu forma de actuar en la red. Un buen programa para esto es PGP, actualmente de pago, pero hay muchos programas de seguridad gratuitos en la red.
– Actualiza tus sistema operativo con los últimos parches de seguridad. Si utilizas Windows sobre todo, activa Windows Update y no dejes agujeros de seguridad por no instalar los parches que se recomiendan. Ten activo un buen antivirus y por supuesto siempre actualidado (por ejemplo NOD32). Instala un programa antiespías y chequea periódicamente tu ordenador (por ejemplo Ad-Aware). Si utilizas Windows, cambia el firewal por defecto del sistema operativo por COMODO (por ejemplo). Con todo esto evitarás ataques directos a tu ordenador en gran medida.
– Ten actualizado siempre a la ultima versión tu navegador de Internet y elimina periódicamente las cookies y archivos temporales de navegación en tu navegador.
– Se prudente cuando accedes a Internet a través de una WIFI pública. Evita en lo posible el uso de contraseñas o el acceso a sitios importantes para ti.
– Extrema precauciones si te conectas desde un cibercafé. No entres nunca a una cuenta bancaria en estos sitios y en general evita introducir contraseñas. Si lo haces para ver tu correo, no te olvides de borrar tu historial de navegación, cookies y archivos temporales de Internet en el navegador que hayas usado.
– Cuidado con las descargas. Utiliza de nuevo la lógica en todo lo que haces. Si te prometen el oro y el moro con algún archivo desconfía. Si es demasiado bueno para ser cierto desconfía. Si dudas no lo abras. Si vas a abrirlo, pásale antes el antivirus. Ten especial cuidado con los archivos ejecutables.
– Cuidado con ciertas páginas web, ante cualquier sospecha de estar en un sitio que puede ser peligroso, no lo dudes, cierra esa ventana. Utiliza la lógica a la hora de pinchar en determinados sitios web o responder determinados correos. Cualquier cosa sospechosa deséchala. En general nadie da duros a pesetas. No des nunca tu contraseña ni tu cuenta del banco a ningún formulario. Los bancos no te piden nunca confirmaciones de contraseñas por email, si te llega un mensaje pidiéndotela es un fraude.
– Nunca compres nada por Internet sin saber donde lo estás haciendo. Si dudas, busca en foros, noticias, google, etc. información sobre el sitio. Si sigues dudando no compres.
– Nunca compres en tiendas de Internet que no tengan una dirección httpS (conexión segura) y asegúrate de que en la parte inferior izquierda de tu navegador aparece un icono de un candado cerrado.
– Haz copias de seguridad periódicas de la información de tu equipo. Si tienes web, blog o similar haz copia de seguridad de la información que tengas en la red al menos una vez por semana.
Si sigues estos consejos no estarás a salvo al 100% en la red, pero al igual que pasa en la vida real, si pones todo de tu parte, evitarás accidentes o riesgos innecesarios.
2 Comentarios
[…] De nada sirve todo lo anterior si en un momento dado nosotros mismos actuamos imprudentemente. El eslabón más débil en la cadena de seguridad es el propio usuario, por desconocimiento o por confianza. Si pones de tu parte evitarás riesgos innecesarios. […]
[…] De nada sirve todo lo anterior si en un momento dado nosotros mismos actuamos imprudentemente. El eslabón más débil en la cadena de seguridad es el propio usuario, por desconocimiento o por confianza. Si pones de tu parte evitarás riesgos innecesarios. […]