Quizá las nuevas generaciones lo vean de otra manera, pero uno, con cuarenta añitos cumplidos, es consciente de lo difícil que es disfrutar de lo que nuestra Selección Española de Fútbol nos está dando, en cuanto a forma y resultado. Hasta el 2008 sólo había visto caer a España en todo torneo que participaba. De todas las maneras posibles, jugando mal, jugando regular, jugando bien. Daba igual, un día u otro, nos íbamos para casa antes de tiempo.
Esta generación de futbolistas ha cambiado la realidad a la que estábamos todos acostumbrados. No faltan todavía los agoreros que antes de empezar dicen que caeremos a las primeras de cambio como siempre, pero por fortuna, los Iniesta, Casillas, Xabi, Xabi Alonso, Cesc, Pedro, Sergio Ramos, etc., siguen haciendo historia, después de la segunda eurocopa, llegó el inolvidable mundial del 2010 y ahora por tercera vez (la primera fue en 1.964), nos volvemos a proclamar campeones de Europa, encadenando una racha inigualable de tres triunfos consecutivos en los grandes torneos de selecciones.
El punto negativo la pésima gestión publicitaria del asunto. Por un lado la televisión encargada de ofrecernos los partidos, cortando al momento de acabar cada encuentro, sobre todo después de la agonía sufrida contra Portugual. Mal, muy mal. Y si me pongo a poner puntillas, también las hay para los anunciantes, que quizá no se han percatado todavía de que el fútbol tiene muchos fans infantiles por detrás y hay anuncios que dan ganas de llorar por su exagerado machismo o similar. Vaya educación para los más pequeños.
Gracias a los fútbolistas por las alegrías dadas, que ahora son más sentidas si cabe por la «delicada» situación de nuestro país y gracias a ese seleccionador, Vicente Del Bosque, que todos criticamos y que tan alto ha dejado el listón de nuestro equipo nacional. Gracias a todos por la alegría y que tampoco nos haga olvidar que desde mañana mismo, al resto nos toca remar -y duro- para este país siga adelante
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