Hace unos días tenía una interesante conversación a raíz de la libertad de expresión de personas con otras religiones y/o culturas en Europa. Todo venía a colación de ver no se ni cuantas mujeres ataviadas con el que a mi me parece vergonzoso «Burka«. Tapadas de los pies a la cabeza y aisladas del mundo, gracias a una religión arcaica y atrozmente machista, que discrimina y condena a la mujer a ser la fiel esclava de su marido.
La conversación venía a cuento de saber donde empezaba la libertad de expresión de cada individuo para exponerse en público como bien le viniera en gana y donde quedaba la libertad que todo ciudadano europeo debería tener para exponerse en público como bien le viniera en gana. Parece lo mismo, pero no lo es. En el primer caso se puede debatir que tipo de presión y/u obligación tienen estas mujeres por parte de sus «santos maridos» de ocultarse a la vista de los demás para disponerse como una mercancía de uso y disfrute único de sus propios «santos». En el segundo caso, deberíamos preguntarnos si en un país libre y multicultural como la mayoría de los europeos, se puede seguir permitiendo que estos «santos varones» obliguen a sus mujeres a ser su mercancía o ganado, por obra y gracia de una religión, en algunos casos extremista, que evidentemente no desean cambiar por los beneficios que a estos señores reporta.
Se habló del derecho de unos y otros, se habló del papel de los jueces en estos casos. Mi opinión es que las culturas, supersticiones y religiones son todas estupendas mientras no hagan daño a nadie. Si algo atenta contra la libertad de un individuo o «individua», bastante me indigna que todavía se permita en ciertos países, como para que lo heredemos en nuestras sociedades «supuestamente civilizadas». ¿Falso progresismo o nos la suda el sufrimiento de los demás?
Me acuerdo de esto, leyendo que Las autoridades de Irán condenan a morir lapidada por adulterio a otra mujer, acción más extremista aún, condenada por la ONU, pero permitida por todos. Esto también es su cultura y su religión. ¿También nuestro progresismo tendrá que importar este tipo de actitudes salvajes para no desdeñar la libertad religiosa de cada individuo?
¿Dónde está la frontera de lo permisible? ¿Mercancía si, piedras no? Perdón por la crudeza, pero me indigna la actitud humana en muchos casos, la de unos por acometer semejantes improperios después de miles de años de evolución, la de otros por permitir la vejación del individuo, tanto da si es psicológica como si es física. Evidentemente en todo hay grados y por supuesto matar a pedradas a un individuo o «individua» me parece algo así como vivir en la edad de piedra en pleno siglo XXI.
¿En nombre de quien se siguen cometiendo en el año 2009 semejantes improperios? En la historia de la humanidad, al lado de Dios, Alá y varios más como ellos, hijoputas como Hitler quedan a la altura de un niño de cinco meses, encantador e inofensivo.
2 Comentarios
TOTALMENTE de acuerdo
Una historia de santos varones, supercherías y atrocidades en nombre de……
Hace unos días tenía una interesante conversación a raíz de la libertad de expresión de personas con otras religiones y/o culturas en Europa. Todo venía a colación de ver no se ni cuantas mujeres ataviadas con el que a mi me parece vergonzoso “Burka“. …