Cada avance tecnológico alimenta al siguiente avance, cada descubrimiento abre nuevas puertas a nuevos descubrimientos. Este concepto simple es la base del crecimiento exponencial que aplicado a la tecnología parece que nos está llevando al momento en el cual la curva de la gráfica exponencial comienza su alocado crecimiento. Si observan cualquier gráfica exponencial podrán darse cuenta rápidamente de sus dos características principales, la primera comprende un crecimiento retroalimentado pero lento en la escala, hasta que llega el momento en el que la curva de la gráfica gira para avanzar a un ritmo notoriamente más alto en cada vez menos tiempo.
El teléfono necesitó aproximadamente un siglo para llegar a considerarse un elemento de consumo cotidiano entre la población. Se tuvieron que crear las infraestructuras adecuadas para llegar hasta el último hogar de cada país desde cero, sin embargo una vez creadas estas infraestructuras, su aprovechamiento para la difusión de Internet fue en comparación rapidísimo y a su vez, cuando una gran parte de la población estaba empezando a utilizar los beneficios que aportaba la red de redes, otra tecnología surgió para cambiar la primera. El teléfono móvil apenas ha necesitado poco más de una década para desbancar al fijo de su largo reinado, mientras que el uso de datos a través de las redes móviles creadas, se ha instaurado globalmente en los últimos seis o siete años.
Mientras todo eso pasaba, el acceso a la información y la interconexión de personas vía Internet de cable o móvil ha producido profundos cambios sociales que se han empezado a manifestar a gran escala en los últimos tres o cuatro años. Además, en los últimos años han aparecido nuevos avances que han aprovechado lo mejor de estas tecnologías para llevarnos hasta nuestras manos todo el contenido de la red. Tablets que nos permiten aprovechar Internet de una manera «más humana» o al menos más sencilla, Impresoras 3D que empiezan a plasmar en la realidad lo que antes eran meros contenidos digitales, el BigData empieza a revolucionar nuestra forma de acceder a nuestra propia información, los aparatos empiezan a estar conectados a Internet enviando y recibiendo cantidades ingentes de datos, la nanotecnología se empieza a aplicar en multitud de sectores, etc.
Y a la vuelta de la esquina llegan los aparatos que están llamados a substituir a nuestros smartphones, quitándonos la dependencia de nuestras manos para el acceso a la información. Y llegarán rápido, muy rápido.
¿A dónde nos lleva esta aceleración tecnológica? A lo que Raymond Kurzweil (entre otros) define como Singularidad Tecnológica basándose en la Ley de Moore, esa que básicamente dice que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado y a su vez su precio se reduce a la mitad, haciéndolo accesible a la mayor parte de la población. Teniendo en cuenta todos estos datos, estamos en condiciones de comprender el porqué del siguiente gráfico. Estúdienlo detenidamente y saquen sus propias conclusiones, al fin y al cabo, esa es la forma en la que el mundo está cambiando gracias a la digitalización de la sociedad, el acceso a múltiples fuentes de información, nos otorga más conocimiento y capacidad para comprender conceptos difícilmente explicables hace solo unos pocos años:
Más información: Singularidad Tecnológica – Ley de rendimientos acelerados – The Law of Accelerating Returns – Universidad de la Singularidad. Créditos: Imagen de portada vía Wired, Fotógrafo: Peter Yang, Actor: Jimmy Fallon
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