No tiene uno mucho tiempo para contarles esas cosas que pasan por el mundo. Ciertamente los últimos meses están siendo un no parar profesionalmente, saben ya que ITXFROM acapara mis quehaceres profesionales y mis tres niños junto con mi maravillosa mujer acaparan los personales. Queda poco tiempo para poco más. Pero no acaba todo aquí, solo es un periodo de transición que va pasando según los pilares de la empresa se van haciendo más gruesos día a día.
En estos primeros seis meses del año se han realizado tres proyectos con emprendedores, uno de ellos ya lo conocen, Forty Dreams, los sueños de madera hechos realidad y los otros dos preparados para su presentación una vez concluya la época estival, esa que esperamos casi todos con ansia para poder decir basta por unos días y reiniciar cuerpo y mente para poder seguir con más fuerzas en la segunda parte del año. Hemos trabajado también con varias empresas, ofreciendo desarrollo web, formación digital y consultoría de procesos. Me temo que va a quedar pendiente también para el segundo semestre del año la tercera pata de negocio que planteamos por motivos totalmente ajenos a nosotros, permítanme que quede todavía en el aire, ya llegará el momento de contar.
Así las cosas el tiempo pasa y con él acontecimientos que me hubiera gustado contarles con la tranquilidad de aquel que tiene tiempo para dedicarse a pensar bien lo que tiene que comunicar, pero como no van por ahí los tiros, de momento, echo la vista atrás y les propongo este pequeño resumen de aquellas cosas que se han quedado en el tintero por el ajetreo de los últimos meses. Ahí van.
De lo más reciente hacia atrás me viene a la cabeza el dueto «desastre en el mundial» y «aprovecho para abdicar». ¡Qué dos acontecimientos de envergadura para coincidir en el tiempo! Lástima no haber tenido cada uno de ellos un espacio principal más claro para que los plumillas del mundo pudieran sacar punta a todo lo habido y por haber. Lo de España vaya decepción, todavía recuerdo como si fuera ayer aquel 11 de julio de hace cuatro años en el que Iniesta y compañía nos dieron al fin una alegría de esas que se pueden considerar mundial. Fue debidamente regada en una explosión de alegría e inconsciencia por igual en las frías aguas nocturnas de un río leones. Hombre, digamos que repetir la gesta no estaba tan claro, pero teníamos esperanzas y como poco pues participar algo más del mundial, unos cuartos se me antojarían poco, quizá unas semifinales y no por Dios, a la final solo si la ganamos… Pero se torció la cosa y de qué manera. Falta de hambre han dicho algunos, ya lo tienen todo dijeron otros, cansados esgrimieron algunos, como si el resto de los que allí están hubieran dedicado estos últimos cuatro años a prepararse exclusivamente para el efecto. Yo más bien me decanto principalmente y aunque pueda haber un poco de todo, por aquello de que los pilares que movieron a nuestra exitosa selección han llegado ya a una edad problemática para repetir año tras año gestas de este calibre. Suenan ya aires de renovación. Veremos.
En cuanto a la noticia solapada con o sin intención que les puedo contar que ya no esté contando. Yo debo de ser uno de los pocos raros de este país a los que el servilismo monárquico se la «refanfinfla» pero la alternativa republicana también. Tampoco soy de izquierdas ni de derechas y tengo la sensación de que nos hemos estancado en paradigmas de otros tiempos para beneficios de unos pocos con el fin de que la humanidad no avance en lo realmente sustancial, en el propio término humanidad. ¿Dónde queda en este discurso la igualdad y la dignidad de las personas? Vivimos tiempos en los que la línea entre la clase media y la pobreza cada vez es más fina, perdemos derechos fundamentales en materia de educación y sanidad y todo sigue igual, abdique el rey o no abdique, gobierne el PP o gobierne el PSOE. España va en un barco a la deriva y corre peligro de irse al fondo del mar, pero no por la deuda, ni por la prima de riesgo, ni por ninguno de los datos económicos que nos han traído hasta aquí, sino por la poca dignidad de todos, empezando por la ausencia de dignidad en los que nos gobiernan y terminando por la dignidad que nos han quitado a todos, aquellos que nos gobiernan. Lamentable panorama.
Panorama en el que ha surgido un nuevo actor político. Podemos, con su discurso fácil y entendible, con su cordura en los planteamientos ha sido la gran sorpresa de las últimas elecciones europeas. Yo estuve en un mitin de Podemos porque las propuestas que formulaban me parecían lo más racional de este irracional panorama político español. No me gustó. Puños en alto y consignas de extrema izquierda adornaron toda la intervención de principio a fin. Pensé que era una lástima autocatalogarse así con ideas que podían ser perfectamente aceptadas por unos y por otros, pensé, iluso de mi, que al fin podía llegar alguien que más allá de izquierdismos y derechismos se dedicara a construir nueva política para el beneficio de los ciudadanos. No se si será así, pero al menos bienvenida sea una nueva formación que plantee nuevas directrices en este pobre país bipartidista. Ya veremos hasta donde llega la apuesta.
De los otros dos es que casi mejor ni hablo. Los que ahora regentan el sillón presidencial hacen y deshacen para su propio beneficio y el de sus allegados. Sus empresas cercanas, aquellas que les financiaron son las que ahora ganan dinero. Sus fieles son los que roban y salen impunes y si algún juez osa dictar lo contrario, sus días, profesionalmente hablando al menos de momento, están contados. Los que han sido desplazados son lo mismo pero algo peor, ya que al que denominamos partido de derechas se le presuponen una serie de actuaciones, pero aquellos que se dicen socialistas quedan retratados día si y día también en sus propios planteamientos. Ambos me avergüenzan.
En este país, empresarialmente hablando seguimos teniendo los mismos problemas de siempre. Este país nunca ha invertido en ciencia ni en tecnología ni en innovación. De esta guisa, claro, vamos a la cola del mundo civilizado en todo, pero no ya en la propia industria, generación de empresas o desarrollos tecnológicos, que sí, sino en la concepción actual del mundo, en la falta de conciencia sobre el cambio tan profundo que ha traído consigo la digitalización de sociedad. Falta formación y faltan formadores y el resultado son empresas que no saben que hacer o que se enrocan en sus procesos de siempre mientras ven como día a día se les cae el chiringuito abajo. Menudo problema.
Así siguen las cosas. Más o menos igual. Sigue habiendo internautas porque sigue habiendo rechazo a Internet, sigue habiendo Nuevas Tecnologías porque después de más de cuarenta años muchos o no han podido o no han querido formarse en ellas. Seguimos sin comprender que todo ha cambiado y que más va a cambiar. Miren a ver los escépticos si llegan a tiempo, que el tren, nos guste o no, ya salió hace mucho tiempo de la estación y cada vez coge más velocidad impidiendo subirse a él. Ustedes verán. Así están las cosas y yo no sigo que me caliento
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gracias me gusta esto