Desconexión. Durante tres semanas he intentado olvidarme de Internet, del blog, de todo lo que pudiera tener relación con el día a día del resto del año. Descanso. Una de las prioridades de estas tres semanas ha sido descansar, desconectar de la vida habitual para controlar el nivel de estrés que por momentos a lo largo del último año he tenido en dosis elevadas. Conocer. Estas han sido unas vacaciones diferentes a mis habituales descansos relajantes de campo y río. Hemos visitado lugares que no conocía y países en los que no había estado. Disfrutar. Prioridad número uno, disfrutar de la compañía y de los lugares donde hemos aparcado durante este «breve» periodo de tiempo nuestras tareas rutinarias.
Vuelta a la realidad. Hoy último día de vacaciones siento ya el peso de la realidad, de lo cotidiano, de la levedad temporal de lo que ha quedado atrás y de la «magnificiencia» de lo que hemos vivido en estos intensos días. Comparto con vosotros algunos momentos especiales en este post, el más especial sin duda lo compartiré también, algunos ya lo saben, pero no corresponde aquí y ahora decir más, antes será otro blog el que de la primicia.
Aquí os queda el resumen de las vacaciones para todo el que le pueda interesar.
Comienzo fulgurante. Directos a la Warner, a disfrutar según la primera planificación de los espectáculos en torno a Batman y Superman. No fue posible. La planificación no estuvo muy bien y acabamos montando en montañas rusas que nos lanzaron a velocidades bastante superiores a las que a mi me hubiera gustado. Dos de los tres integrantes de esta primera aventura nos sentimos un poco «engañifados», pero lo pasamos estupendamente. El tercer acompañante me obliga a decir que su visión no es la misma, que las montañas rusas iban a velocidades adecuadas para niños de cinco años… umm no se, la realidad es que nuestra cara, cuasi-deformada por la velocidad infernal de aquellos aparatos, tardo cinco minutos en volver a su forma habitual. Bueno, la verdad es que igual exagero un poco, pero es que no me gustan mucho esos artefactos.
Después de la Warner, pasamos unos días relajados en un pueblo de León, disfrutando de sol, río, buenas parrilladas y cafés sin igual bajo el abrigo de espectaculares mantos de estrellas. Y por supuesto naturaleza…
Después de la tranquilidad del campo llegó el momento de conocer Francia. Tras una pequeña parada en Santander, tomamos rumbo al país vecino. La ruta organizada nos llevaría a cuatro ciudades francesas, la primera de ellas Biarritz. A priori me la imaginaba como un clon de la típica ciudad vacacional: torremolinos, torrevieja… Nada más entrar, el cliché en el que la tenía cambió completamente. Magníficas construcciones bordeando su linea de playa se mezclaban exquisitamente con el paisaje y la gente del lugar. Un sitio vacacional con estilo. Eso si, al terminar el viaje a Francia paramos a comer en el mismo Biarritz y se había transformado en un enorme hormiguero de gente por el que no había forma de llevar el coche o incluso caminar por sus calles principales.
Tranquilidad, belleza, historia. Tres definiciones que encajan perfectamente con el siguiente punto en nuestro recorrido, Nantes. Ver la Catedral de Saint Pierre emergiendo por encima de los árboles evoca perfectamente el espíritu de esta espectacular ciudad.
Al abrigo del rio Loira, la ciudad de nacimiento de Julio Verne no podía dejar de hacer un guiño al genial escritor. En este caso, más que un guiño, contemplar las increíbles «Machines» nos trasporta al instante a los relatos de Verne. Entre todas ellas, no se puede dejar de ver el impresionante elefante mecánico que sin duda ninguna es la estrella del lugar. Absolutamente sorprendente.
Uno de mis rincones favoritos de esta ciudad es por supuesto el precioso jardín japones que te transporta en medio de la ciudad a una absoluta calma y relajación, fuera del mundanal ruido y ajetreo.
Visitar Francia por primera vez y no ver París no hubiera sido lógico. París es una ciudad enorme y grandiosa por sus espectaculares construcciones. Mires donde mires, quedas con la boca abierta. Cuatro días se quedaron cortos para descubrir todos los secretos de esta gran ciudad. Sobran las palabras, las imágenes de La Torre Eiffel, Notre Dame, Sacre Coeur y el Phanteon, sólo por elegir algunas, evocan París.
Y después de Francia, Londres. Enorme también, cosmopolita y lugar en donde puedes encontrar casi cualquier cosa. Por contra, contaminación, estrés y demasiada gente abarrotando sus calles.
Y en Londres una experiencia única. Ver a U2 en el Wembley Stadium junto con 88.000 personas bien merece otro post.
3 Comentarios
Bienvenido de nuevo. Menudas vacaciones que habéis tenido, qué suerte :). Por cierto, no tenía ni idea de Voolive + Comparte mi Moda xD
Gracias René, la verdad es que las vacaciones estuvieron geniales, nos hacía falta a los dos desconectar un poquillo. Y si no tenías ni idea, ya veo que ya te has dado por enterado ;p
[…] Este mes de agosto, a la sombra de la Torre Eiffel, acomodados en un parque bajo la sombra de un árbol, me armé de valor y ella díjo ¡si! Así, que eso, que les voy a contar que nos casamos, que fué en la blogosfera donde surgió el amor y que esto de internet que tan mala fama tiene en la “tele”, es el invento más maravilloso del mundo, ahora con mayor motivo para el que subscribe. […]