¡Vaya atracón de moda! Un buen día uno se levanta de la cama y se ve inmerso en una vorágine de acontecimientos que dirimen sus próximas semanas para lo bueno y para lo malo. Lo bueno viene en el momento, después si todo ha salido bien, pero los días, las semanas anteriores, el teléfono, el email y las redes sociales se colapsan. Quien algo quiere, algo le cuesta. Salvo a cuatro privilegiados, al resto cuando nos empecinamos en algo, nos cuesta mas o menos en función de lo más grande o lo más pequeño que sea la cosa. Y esto es grande.
No les voy a aburrir otra vez con los participantes. Primerísimo nivel si de moda hablamos. Esto va más de backstage, de la parte de atrás, de lo que no se ve. Recuerdo como empezó lo otro años atras, eran otros tiempos y éramos también más humildes en los planteamientos. Hoy no valen medias tintas, la situación no está para quedarse en medio, así que el tiro va alto, muy alto. Y no es fácil.
Todo da que hablar. Cuando nos llega algo, el análisis desde la lejanía es fácil, lo difícil es meterse en la piel del que lo desarrolla, del que trabaja con ilusión para sacar algo adelante. Hace muchos años que intento ver las cosas de los demás bajo ese prisma y a veces, reconozco, que es imposible obviar los primeros instintos de «yo hubiera hecho…» Todos lo hacemos mejor que los demás.
En el backstage The Way We Live hay mucho trabajo, hay muchas personas y pequeñas empresas que trabajan con ilusión para aportar su conocimiento o su buen hacer a algo en lo que creen, hay personas que se prestan a apoyar y ayudar en lo que sea necesario, hay personas que valen su peso en oro. Solo por ellas habría que llevar a los altares a este evento. Personas que ponen su tiempo y dinero a tu disposición en vías de conseguir un fin común, con el objeto de integrarse en la creación de algo único y diferente. Siempre hay gente que cree en ti. Si emprendes o creas, búscalas, porque juntos llegaréis más lejos. Cuando el esfuerzo te vence, saber que tienes ese apoyo te reconforta y saber que están por detrás te ayuda a no desvanecer, a multiplicar los esfuerzos. Esto de lo que les hablo tiene muchos nombres, yo lo llamo «colaborar» y aunque parezca tan obvio, no se crean que lo es tanto.
En el otro lado de la puerta del backstage es donde se quedan los intereses personales, los que no saben hacer nada en común, los que quieren acaparar o ser el centro de atención. Aquí no hay sitio para ellos y alguno te encuentras por el camino. Quien quiere ir por su cuenta lo tiene fácil.
Aquí vendrán por un lado grandes diseñadores. Yo ya les había avisado que cosas de divos y similares no cuadran con lo que hacemos y bien es verdad que unos más que otros, pero todos lo han asimilado y es gratificante como grandes de la moda se adaptan a las circunstancias o incluso se prestan a ayudar en lo que buenamente pueden. «Oye que no hay tal o cual cosa, pero podemos hacerlo así o de otra manera. Pues venga«. Da gusto.
Blogs. Que cruz tener que dirimir a todos por un mismo apelativo. No puedo. Personas que escriben o comunican a través de una misma plataforma llamada blog les digo yo. Aquí como en botica. Tres o cuatro no entendían lo que se les proponía. No pasa nada, cada uno busca su camino. El resto quieren hacer, quieren involucrarse, quieren empujar… y los que se quedan por detrás que se han ofrecido y lamentablemente no hay sitio para más. ¿Qué tendrá la plataforma blog que a la mayoría les une en un sentimiento de crear y de hacer cosas en común? Eso si, dos o tres no participan de ese sentimiento. Buenas y malas personas también nos las encontramos por la calle.
El otro día llamaba a un tipo que lo es todo en el mundo de la moda. Estaba buscando un taxi a la carrera para llegar a su programa de la radio: «¿te llamó fulanito?, le dije. No, ¿de qué, para qué? Cuéntame anda…» Y allí le conté en plan atraco, tres o cuatro minutos mientras montaba en el taxi, para acabar diciendo: «jod…, con eso que me cuentas, yo tengo que estar allí«. Hay veces que tienes a alguien mucho más cerca y no ve. El solo escuchó y aquí estará. ¡Bravo!
Y así les contaría más cosas. Bueno no me resisto a contarles la de un buen amigo, ya colega de estas situaciones en otros saraos de este tipo. «Oye… que no hay para más, que me encantaría tenerte aquí, pero mira que tal y que cual«. Y él me dice, «no hay problema, yo me encargo, pero me voy para allá«.
Esto que les cuento tiene un sentido aunque no lo parezca. Cuando vean algo, cuando asistan a algo, piensen que detrás hay personas. En muchas ocasiones trabajo duro, muy duro que no siempre se puede recompensar de la manera más adecuada. Para esas personas, para el equipo, para los colaboradores, para los que se acercan y aportan su granito de arena, para todos ellos un +1, un click en «me gusta» ó RT. Google plus, facebook o twitter, que más da. Gracias a todos.
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