La personalidad de cada uno se empieza a forjar nada más llegar a este mundo y, con pequeños cambios producidos por la experiencia y el sentido común (o la falta de él), queda grabada a fuego al término de la adolescencia. Cuando uno es como es, se antoja difícil el cambio. Todos nosotros tenemos personas a nuestro alrededor, nosotros mismos inclusive, cabezotas, testarudos, comprensivos, poco comprensivos, nada comprensivos… mil cualidades para adornar ese concepto tan amplio denominado personalidad.
El problema de algunos negocios es que son llevados con personalidad hasta el límite. Me explico, que el giro ha sido brusco. Yo, durante decenios, he hecho las cosas así. Pues por mis… que así las seguiré haciendo. Y efectivamente así se hace en muchos casos. Me ha pasado recientemente visitando una feria. Dicen que otrora rebosante de gente, jubilo, regalos y por supuesto ventas. Hoy no es así. Hay crisis económica, dicen. Hay crisis de personalidad, digo.
Contra lo de fuera poco puedes hacer. Cuando la tormenta arrecia, tienes dos opciones, salir a la intemperie como lo hacías hasta ahora, riesgo de coger una pulmonía y pasar a mejor vida o adaptarte a la climatología adversa para poder hacer llegar tus productos a tus clientes. Puedes inventar el paraguas, el chubasquero o hasta la catapulta, lo que sea con tal de que tu producto llegue a tu cliente, pero no sigas mojándote que cada día estas mas débil.
El caso es que allí, en la feria esa de marras, que visitaba yo de casualidad, ya podías pedir acceso web para ver una u otra cosa o algún catalogo para ojear, nada. Aquí se viene a comprar es lo que se palpa en el ambiente. Y efectivamente se va a comprar. El problema es que antes iban doscientos mil y ahora doscientos. Y se tiran de los pelos.
Yo que soy muy meticón a veces, ya se lo comentaba a alguno con el que entablaba conversación. «Chico y no sería mejor. No. Y tu no crees que. No. Pero no parece que así la cosa vaya bien. Bueno, la crisis, ya sabes, cambiará. No se, no se». Lo que si se, es que hay muchas cosas fuera de la feria que han cambiado y veo que hay muchas empresas que todavía que no se han dado cuenta. Si, la crisis aprieta, pero ahí otros caminos.
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