En multitud de ocasiones para ver algo desde otra perspectiva conviene alejarse un poco y mirar hacia atrás para ver ese objeto, o cosa, o problema con la mirada diferente que otorga una perspectiva más amplia basada en el espacio que hay entre los puntos.
En 1990 cuando la sonda Voyager 2 sobrepasó Neptuno y se disponía a abandonar el sistema solar y a la postre todo contacto con el hombre, giró para tomar la última foto de la tierra, momento en el pudimos ver la imagen más lejana de nuestro planeta jamás tomada a 6.000 millones de kilómetros de distancia.
Cuando creemos que todo lo que nos rodea es importante, conviene como decía antes alejarse un poco, unos 6.000 millones de kilómetros y ver lo minúsculos que somos en relación con nuestro universo, quizá así podamos ser un poco más humildes y valorar más a nuestros semejantes amontonados en la cercanía del día a día, pero desde la distancia somos tan poca cosa en el basto universo que merece la pena que rememos todos en la misma dirección.
El vídeo es un fragmento de una narración de Carl Sagan, nadie mejor que el para explicarlo cuando mañana 20 de diciembre se cumplen 11 años de su fallecimiento:
Más información sobre el autor: Simplemente Carl Sagan
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