Tenemos unos cuantos problemas en este país y generalmente todos y cada uno de ellos se achacan a la falta de una educación empresarial acorde con nuestros tiempos. De lo que les voy a hablar en estas líneas, va por la misma línea, valga la redundancia. Para mi gusto, el reloj es uno de esos artefactos que odio profundamente, no por el artefacto en si mismo, sino por el uso al que ha quedado relegado: «corre que llegas tarde».
Por norma general en España te levantas a las 8 de la mañana para entrar al trabajo a las 9. A las dos de la tarde sales corriendo hacia tu casa a comer o al restaurante más cercano para tomar el menú del día. Vuelves a eso de las 4 y por norma o por ley, sales a las 7. Como poco. Algún día a las 8, otro a las 9, algunos a las 10. En general, cuando sales del trabajo, te da para ir a casa y pasar un par de horas con los niños y otro par de horas más con tu marido o mujer, que hay que dormir que mañana madrugas.
Las compras, la relajación, el ocio al fin y al cabo queda para el fin de semana. Si eso. Este es un país en el que nos gustamos más, cuantas más horas pasamos en el sillón de la oficina. Es el dato en el que basamos nuestra productividad. Para que se hagan una idea, en 2011, los españoles pasamos de media 277 horas al año más que los alemanes. Y también trabajamos más horas que en Finlandia, Eslovenia, Suecia, Reino Unido, Luxemburgo, Austria, Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Suiza y Noruega. Irónicamente nuestra productividad empresarial es inferior a la de todos los países citados. ¿La causa?
Varias, la primera es que la productividad no va ligada al número de horas que permanecemos en la oficina. Al revés. Más horas de trabajo, menos ocio, más tareas, menos descanso es igual a trabajador cansado, estresado, con poco rendimiento… improductivo. Estos días se debate en Madrid sobre el caso, en el séptimo Congreso Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles. Horarios, flexibilidad y productividad son las materias que se abordan en el congreso y que forman parte de un gran problema en nuestras empresas.
El presidente de la Comisión Nacional de Racionalización de Horarios Españoles, Ignacio Buqueras, explica que «Nos pasamos muchas horas en el trabajo y la productividad está a la cola de Europa. Esta racionalización nos beneficia porque viviríamos de una forma más intensa… Sería posible la conciliación de la vida familiar y laboral, sería realizable la igualdad de hombres y mujeres y porque obtendríamos una mayor productividad».
Las primeras recomendaciones claras, un horario que podría ser seguido por el 90% de la población comenzaría entre siete y media y nueve y media de la mañana y terminaría entre las cinco y las seis, con una parada de 40 minutos para comer y habiendo desayunado de una manera completa y correcta. Luego a casa a disfrutar de la familia o a donde uno quiera. Desconexión y vuelta al trabajo totalmente despejado al día siguiente. Señores, se llama P R O D U C T I V I D A D.
3 Comentarios
Totalmente de acuerdo, al principio, tienes ese error de concepto con lo de «más horas, más producción», luego, te das cuenta de que la curva de fatiga y falta de atención aumenta pasado un tiempo y no haces caso a esos avisos.
Saludos !
[…] horarios y esas cosas. Ya les he contado por aquí más de una vez, hace poco la última en “Tic, tac, tic, tac… ¿productividad?“. Tema serio. Problema capital de nuestro país. Alrededor de cuatro fulanos comparten su […]
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