¿Qué quieren que les diga?, me hace gracia la palabra. La he descubierto hace poco y por aquello de que siempre me gustaron los localismos, lenguas locales o regionales «no impuestas por ley», pues la empiezo a utilizar a menudo. Decir que en diccionario Asturiano, «Cascancia» viene a significar algo así como: Asco, repugnancia, impresión desagradable causada por algún hecho físico. || 2. Impresión desagradable causada por algún dicho o hecho impertinente.
Lo cierto es que no hay mejor «palabro» para describir el sentimiento que me ofrecen las personas que con uñas y dientes se agarran al poder que les ha otorgado un pueblo, «cascancia» es lo que siento por ellos. Y no me refiero del todo a la situación de Egipto, porque allí democracia, lo que se dice democracia… pero ¿qué demonios necesita un dirigente para saber que ha fallado a su pueblo y que ya no se le quiere por allí apoltronado?
En otras escalas es algo que sucede habitualmente en territorios más cercanos. Que poco ha evolucionado la política por aquí y por allá. Que «cascancia» me produce que a estas alturas en España se siga hablando de izquierdas y derechas, de políticas de izquierdas y de políticas de derechas. ¿Hasta cuándo? Quien más, quien menos o al menos quien piensa un poco, se da cuenta y puede reconocer que hay políticas adecuadas en la izquierda para determinadas cosas y políticas adecuadas en la derecha para otras cosas. ¿Porqué seguimos anclados en la edad de piedra sin evolución posible? ¿Porqué no miramos al frente y nos olvidamos de rencillas sin sentido para navegar todos en una misma dirección? ¿Porqué no aparecen alternativas reales, con programas reales, sin ataduras de ningún tipo, sin complejos y con valentía?
Yo no se que opinan ustedes, pero un servidor está ciertamente cansado de que le tomen por ahí, no me gusta ni quien gobierna ni quien oposita, no me aportan más que mentiras electorales que nunca cumplen los unos y los otros. Promesas que no deberían quedar en el limbo por cierto, que gracias a ellas subieron al poder y que lamentablemente se las pasan también por ahí.
No se cuantos estamos esperando un cambio, cuantos creemos que es posible que alguien gobierne con sentido, no con izquierdalismos ni derechismos, cuantos giraríamos hacia una política del siglo XXI, pero me da la nariz que no debo de ser yo sólo. Debe haber por ahí muchos que deben sentir la misma «cascancia» que yo por la política y por muchos de los políticos que nos representan a día de hoy. Pero claro, para saber cuantos somos, debería aparecer «un soplo de aire fresco» en el lugar. Hasta el momento, el aire está viciado.
(La imagen que acompaña es una Interpretación del árbol torcido de Tamaraceite, de Ángel Casas)
2 Comentarios
Muy de acuerdo, además cuando parece que puede ser posible que aparezca una opción que aglutine a personas variadas y con experiencia, les falla taaaaaaaannnnntooooo la comunicación en los medios se dedican a hablar de transversalidades y estupideces varias dando al final la sensación que sólo buscan comerse el pastel sin importar mucho mas (que igual es de lo único que se trata y yo soy una romántica :D) en lugar de aprovechar la inmensa oportunidad que tienen de trasmitir a la ciudadanía justo cosas como las que explicas en este post de forma clara y sin complejos…que manía!! de pensar que la gente es tonta y que no va a entender, que mejor tapar, esconder, no decir… en fin…. Sin duda se me ocurren algunos lugares en los que deberían tener el puesto de director de comunciación vacante…porque así la llevan clara…
[…] ha empezado a cambiar en este país. Veremos donde acaba: Estos políticos no me representan –Cascancia – Nolesvotes.com – Cada día más – Queremos decidir nuestro futuro – Programas […]